El príncipe y alfa Lee Minho encontraba bastante intrigante a su beta, Jisung, contratado no hace mucho por la familia real para servir fielmente al segundo hijo de los reyes.
Minho no lograba entender cómo es que un beta podía llegar a atraerlo de...
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Jisung's pov.
Piernas me faltaron para salir corriendo, o al menos huir de la manera más disimulada posible, soy un experto cuando se trata de escabullirme como una rata.
Pasé entre camareros e invitados, saludando y deseándoles una noche agradable mientras buscaba alejarme de aquella persona. Finalmente llegué sano y salvo a los pasillos más desolados, donde solo personal autorizado podía pasar.
No me sorprendí cuando me encontré a Minho bastante cerca, su aroma lo iba delatando con cada paso que daba.
Esta noche luce demasiado bien para ser real, me encanta la forma en la que peinaron su cabello, lo hace verse un poco mayor pero le asentaba de maravilla, y su traje negro con subtonos dorados le quedaba a la perfección...
—¿Ya terminaste de escanearme?—pregunta con su sonrisita burlesca. Ruedo mis ojos y me recargo en la pared, no lo alejo cuando lo veo acercarse a mí, pero estaba listo para patear su herencia por si intentaba besarme—Estás hermoso.
—Lo sé—respondo de inmediato sonriéndole con orgullo, no soy la persona más humilde del mundo que digamos, conozco bien mis cualidades.
—¿No dirás nada sobre mí?—alzo una ceja.
—¿Qué debería decirte?
Ciertamente aún no supero lo que me hizo pasar estos últimos días, estaba esperando ansioso una explicación y unas gigantescas disculpas, luego podría pensar si me quedaré o no.
Ni tú te crees que te irás. Casi gruño por el comentario de mi omega, me saca de quicio.
Pensándolo bien... Minho parecía estar muy bien aún con lo que pasó, incluso lo veía mucho mejor de cómo lucía esta semana.
—¿No estás molesto?—pregunto irrumpiendo su pequeño berrinche al que no había puesto atención.
Parpadea un segundo y luego me regala una de sus bonitas sonrisas, no protesto cuando toma mi mano, porque en serio, en serio anhelaba mucho su tacto.
—No tienes idea de nada, Jisung. Estoy un poco molesto por tu mentira pero no puedo mentir, esta es la mejor noticia que recibí en mucho tiempo—lo miro confundido mientras levanta mi mano entre las suyas y deja un suave beso en el dorso. Siento y huelo su felicidad regocijándose en el aire, eso ayuda a que mi omega se sienta menos ansioso, pero entonces el recuerdo de esa voz llamándome provoca que mi cuerpo se tense.
—Hablamos después—quito mi mano de un tirón y trato de seguir con mi camino.
—Quédate donde mis ojos puedan verte—me avisa en voz alta, doy una media vuelta y me quedo observando su figura hasta que dobla al siguiente pasillo.
¿Qué tan mala suerte debía tener para encontrarme a mi ex aquí? Y la verdad es que no sé si podría considerarla como tal, es decir, nunca llegamos a oficializar, escapé antes de que tengamos la oportunidad de hacerlo.
