La peor sensación del mundo es ocultar tu estado de ánimo frente a los demás tratando de darles una sonrisa falsa, y por dentro estar muriendo.
Así me sentía justamente ahora.
No sé si era una especia de etapa depresiva, pero definitivamente mi ánimo estaba por los suelos. El nudo en mi garganta no desaparecía desde que entré a casa y saludé a mis padres. Incluso se me quitó el apetito en la cena, y vaya que era grave, ya que mi madre había ordenado mi comida favorita, pizza.
Ahora me encontraba en mi habitación, tendida en la cama y en posición fetal. Me había colocado un par de audífonos mientras escuchaba las canciones más tristes que aparecían en mi reproductor. Siempre he estado en contra de este tipo de actitudes pero... véanme aquí, más sensible que nunca y con los ojos llorosos.
Durante un largo rato le ordené a mis ojos no lagrimear, pero era inútil. Luego de una constante lucha conmigo misma, estos habían ganado la batalla. Estaba llorando.
¿Dónde está el control de tus emociones, Annie?
Déjame conciencia, mañana volveré a ser fuerte.
Lo peor de todo, es que no encontraba el motivo de mi infelicidad. Por un lado creí que el pequeño recuerdo de hace unas horas había encendido mi culpabilidad, pero... no, en definitiva era otra cosa. Solo era consciente de que mi cercanía con Landon provocaba mi pérdida de control y eso era algo que no me agradaba en lo absoluto.
Las lágrimas caían como una cascada por mis mejillas, las limpié bruscamente con una mano, pero estas eran rebeldes y se escapaban sin cesar haciendo que mi almohada se humedezca. Lo único que me consoló, era saber que al menos toda esta situación no había traído consecuencias graves. Hasta ahora.
...
— Llegas tarde —me reprochó Michi.
Tomé asiento a su lado y dejé mi bolso en el pupitre.
—Todo es culpa de tus pastillas. Ayer tomé una y creo tiene algún tipo de efecto secundario porque amanecí peor —me quejé.
—No funcionan en un día, Annie. Tienes que ser constante, la anemia no se quita solo con vitaminas. Debes de consumir más proteínas: Carnes, huevos, vegetales...
—Lo sé, lo sé —la interrumpí—. No hables de comida ahora. Tengo una terrible sensación de malestar estomacal.
Michi me miró algo curiosa.
— ¿Vómitos?
— Siempre —apreté mi vientre con ambas manos—. Además, me estoy preocupando por mi periodo...—me detuve.
Michi no sabe nada, Annie. Cierra la boca.
— ¿Tu período? —sonrió—. ¿Qué dices, blanca paloma? No es necesario que te preocupes mucho por eso. Aunque... si son muchos días, tal vez necesites visitar un médico.
Ahora tengo malestar emocional. Le estás mintiendo a tu dulce amiga. Eres un monstruo.
Asentí para luego mirar a mí alrededor buscando a Diana. Era usual que ella llegue tarde pero ya había sobrepasado el límite.
— Parece que Diana se quedó dormida hoy —dije divertida.
Michi no reaccionó ante mi comentario, en cambio un gesto sombrío asomó por su rostro.
— ¿Pasó algo? —pregunté inclinándome un poco hacia a ella.
Michi asintió levemente y luego comenzó a hablar. —Ayer discutimos... —lo usual— pero en mi defensa debo decir que ella empezó con sus comentarios sarcásticos acerca de mis novelas. Tú sabes cómo odio que se burlen de mis gustos. El punto es que...
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WHEN SHE WAS A VIRGIN
Teen Fiction[ PUBLICADO POR NOVA CASA EDITORIAL] "Se tomó el puente de la nariz y pude notar cómo contenía su rabia. -Maldita sea, Vega. Trato de ser amable contigo. -No maldigas. ¿Acaso no sabes que cuando dices esa jodida palabra la maldición recae en ti? -Es...