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¿Es en serio que quieres que use este vestido? - lo mire sorprendida mientras él reía en la cama de su habitación.

Que? No te gusto? Si antes de comprarlo tuve que imaginarte en el - suspiro y yo lo observé entrecerrando mis ojos.

Aveces me asusta tu imaginación Alvaro - volví a ver el vestido, no niego que era precioso, pero estaba muy corto y pegado, acaso no cree que me comerán con la mirada?

Bueno, pero tienes que ver con que lo llevarás también, recuerda que hace frío- miro a la otra caja, la abrí con cuidado y pude ver un saco precioso largo, color beige que topaba más abajo de mis rodillas.

Es precioso - sonreí admirando el saco y luego a él.
Le quedará precioso al vestido color verde esmeralda - mencione emocionada.

Ahora entiendes por qué el vestido tan corto? - sonrío de lado.
Te queda algo más - apunto a la tercera caja, está estaba más grande, respire hondo y la abrí.

Dios mío, están preciosas - lo mire totalmente sorprendida, definitivamente tenía buen gusto.
Muchas gracias, pero no te hubieras molestado Alvaro.. tengo muchísima ropa, calzado y lo sabes..  bueno, aunque si me hacían falta unas botas de este color.. - reí. Mire nuevamente las botas altas color beige con un tacón moderado y cuadrado, se miraban muy cómodas, él sabía perfectamente lo que me gustaba, claro años yendo conmigo a los centros comerciales, pobre, aveces lo hartaba.

Bueno, es que revise entre tus mil bolsos y vi una color verde esmeralda, por cierto, había un codón ahí - frunció su ceño y yo recordé el porqué estaba dentro de esa bolsa, lo lleve para aquella fiesta en el antro dé Madrid, de hecho era de Amanda, ella lo metió en mi bolso, no dije nada, solo lo mire sonrojada.
Pero bueno.. así que no dude en ir a buscar el atuendo perfecto para ella, aunque no necesitas una bolsa, solo me necesitas a mi para lo que tú quieras comprar - guiño su ojo derecho y sonrío, no dejaba de observarme, su mirada tierna pero a la vez lujurienta, me cohibía muchas veces, dejé todo en las cajas y me acerqué a él para besarlo dulcemente y agradecer una vez más, me tumbo sobre la cama y se posicionó encima de mí con cuidado para dar un beso en mi mejilla.

No se porque presiento que quieres tener sexo - entrecerré mis ojos y sonreí.

Yo jamás quiero tener sexo preciosa, contigo hago el amor, es muy diferente, el sexo solo es pasión, lujuria y deseo, no digo que no lo tenga hacia ti, pero.. - hizo una mueca y me miro.
Te amo, y eso no se compara con el sexo.. aunque si me dan muchas ganas de agárrate hasta romperte pero, estamos embarazos y no quiero lastimarte ni a ti ni a nuestro bebé.. - susurro sobre mi oído para después morderlo cuidadosamente, de mi boja solo salió un jadeo provocado por la punzada de mi vientre.

Demonios ___ - sonrió con malicia.
¿Aún no te toco y ya suplicas? - lo mire riendo y después lo fulmine unos segundos, sabia que era verdad, este hombre desataba todos mis deseos oscuros. - Pero cómo eres una niña buena.. te daré tu premio - susurró nuevamente en mi oído y comenzó a besar cada parte de mi zona superior, cuello, hombros, labios, mejillas, mentón, clavículas y senos, eso comenzaba a subirme la temperatura al mil por ciento, pude sentirlo cómo sonreía entre cada beso y lamida que dejaba. Sabía cómo calentarme.

¿Alvaro? - abrí mis ojos de golpe y el paro en seco.

¿Qué pasa? - me miró ceñudo y confundido.

¿Ha qué hora tenemos la cita? - susurre y busque mi celular sobre la cama pero no lo encontraba.

A las dos y medio - dijo inseguro. - Si a las dos y media - recalco.

¿Qué hora es? - pregunté ansiosa. El se levantó de la cama y fue por su celular que estaba en la mesa de su escritorio..

Amor, Traición, Sexo y Deseo..Donde viven las historias. Descúbrelo ahora