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¿Dónde estabas? – se miraba muy enojado.

Estaba afuera, en el parque ¿qué te pasa? - lo mire sorprendida y un poco molesta.

¡No me gusta qué salgas así, tienes que ir con alguien! por lo menos tienes qué avisarme! – en verdad estaba muy molesto y comenzaba a colmar mi paciencia.

¡No tienes por qué gritarme! - le miré molesta, respondí en un tono alto, pero no como en el que él se estaba dirigiendo a mí.

¡Por lo menos dime que saldrás! - me miro y se levantó del asiento para quedar frente a mí y dirigió la mirada a la puerta.

No he hecho nada malo! y no creo que sea necesario decirte!!.. - grite, el volteo a verme y apretó el puño.

¡No me importa! ¡Tienes que hacerlo, y me respetas! - me grito y después se alejó para tomar uno de los libros que estaban en una repisa.
A dónde vas ____!!

Había salido del despacho antes que me gritara, iba hecha una furia y comencé a llorar mientras seguía caminando.
Me senté pegando mi espalda sobre la pared de la otra oficina cerca de despacho del señor Álvaro y comencé a ahogarme, a llorar aún más fuerte, no podía parar de verdad me dolía qué papá me tratara así., unas veces bien y otras tener que aguantar su horrible carácter. Pareciera qué no me tiene confianza. Lo vi de reojo sentarse a mi lado, su mano tomo la mía y dejo un beso en ella.

Lo siento. – lo mire aun con lágrimas, él ya estaba viéndome y llevo la otra mano a mi rostro quitando mis ultimas lagrimas que salían.
Odio gritarte de esa manera... y sé que fue estúpido por lo que me enoje. – trago saliva y su voz sonaba un poco entrecortada.
No volverá a pasar. – beso nuevamente mi mano.

Apoye mi cabeza sobre su hombro y el rodo sus brazos, haciendo que el abrazo fuera más cómodo.
Lo siento papá, no debí gritarte también. – lo mire directo los ojos, eso ojos marrones que me gustaba ver, el solo me dedico una sonrisa.

Ven. - se levantó y me dio la mano.
Es hora de volver a casa pequeña. – tome su mano y el me levanto, ambos sonreímos.

Vamos. - limpie mis mejillas, acomode mi bolso en mi hombro y el me tomo la mano, nos despedimos de marta y otros de sus empleados y salimos de la empresa, tan tranquilos, como si hace unos minutos no queríamos ahorcarnos, entramos al auto y el chofer nos llevó directo a casa.


Amor, Traición, Sexo y Deseo..Donde viven las historias. Descúbrelo ahora