Capítulo dieciséis

31 5 13
                                    

Porque siempre acabo metida en problemas, discusiones o malentendidos pienso, mientras dirijo mis pasos hacia el teatro escolar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Porque siempre acabo metida en problemas, discusiones o malentendidos pienso, mientras dirijo mis pasos hacia el teatro escolar. ¿Será mala suerte? ¿alguna magia oscura? O en verdad soy demasiado imbécil para sobrevivir en este plano terrenal.

Por supuesto, Rabeca amó nuestra interpretación frente a todo el salón. Para ella la teatralidad, la fuerza y, sobre todo, la química entre los protagonistas (eso ultimo lo dijo riéndose por lo bajo, casi pude escuchar el atisbo de la burla disimulada) Antonio tan solo asintió respetando la elección de la docente.

—¡Oye Ange! —gritó alguien llamando mi atención. Francisco se aproximó a mí, con la pelota en la mano, vestido con la ropa deportiva, sudado y bastante cansado.

—¿Viniste a buscarme? —con los ojos brillantes de esperanza realizó esa pregunta esperando que fuese un sí.

—Claro que no —enarqué una ceja para darle más fuerza a lo que diría ahora —apestas —nos reímos al unísono. —Era broma —me rectifiqué —tengo ensayo de la obra.

—Podría esperarte si lo necesitas —musitó por lo bajo poniendo cara de perrito regañado.

Ese es mi otro problema ambulante Francisco. Me produce una ternura infinita, un calor agradable, una maravillosa sensación de paz. Gracias a sus paseos, bromas suaves y voz calmada tranquiliza mi corazón, paso a paso sin prisas. Lamentablemente mis amigas no ven con buenos ojos nuestra reciente amistad.

—Angélica —me comentó Victoria al borde de la ira —empiezo a entender a Alejandra.

Las palabras calaron hondo en mi cerebro. Estaba sentada en mi puesto, tratando de ignorar a la pareja feliz, escribiendo y escuchando música. No estaba preparada para un ataque tan directo.

—¿Perdona? —pregunté con sincera duda. Por el momento no ha pasado, ni pasará algo con Francisco eso lo tenía claro. Pero él estaba a mi lado, me reconfortaba con su presencia y me animaba con sus chistes.

—¡Lo que escuchaste! —apretó sus puños —eres una tonta sino entiendes sobre lo que te hablo.

Básicamente esa fue la última conversación que tuvimos entre las dos. Por ahora tan solo nos ignoramos mutuamente, apenas interactuando cuando el proyecto de la obra escolar lo requiere. Katte también estaba de su parte, dedicándome frías miradas y monosílabos cuando viene a verme. Felipe se ha negado a exponer su opinión sobre el asunto, tan solo dedicándose a hablarme sobre temas triviales.

Extraño un montón a mis amigas, no voy a mentirles. Pero... no quiero soltar la mano que me ofrece Francisco. No soy tan estúpida como para ignorar el enojo de Victoria y me duele que ella no confié en mí. Solo quiero quedarme aquí un momento, retomar fuerzas para continuar existiendo con normalidad. Además, estoy cansada de hacer lo correcto. Fui honesta con Alejandra y me odió. Le dije la verdad a Antonio y él rompió mi corazón.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 05 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Formas Idiotas Para AmarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora