Nos levantamos de inmediato de la cama. Nuestras respiraciones estaban más que alteradas, sentía que mi corazón se iba a salir de mi pecho. Mi miembro empezó a dolerme, ¿Saben lo que es para un hombre, que tiene a su amigo más que parado dispuesto a todo-, que lo interrumpan? Pues duele y mucho, siento que palpita y la cabeza va a estallar en cualquier momento.
- ¡Peter! ¿Donde estas?- Pregunto Nicolas desde la parte de abajo.
-Maldita sea... Tú papá.
- ¿Qué hacemos?
-Tu espera aquí, yo mientras voy y lo entre tengo haya abajo para que tú salgas de aquí y te vayas a tu habitación. ¿Entendido? - Le dije mientras me ponía el pantalón y una playera a la velocidad de la luz.
- ¡Peter!
-Ok, entendido-. Dijo, se acerco a mí y beso mis labios tirando de mi labio inferior. Que delicia. ¿Cómo es posible que me haga sentir así? Juro que jamás me pasó por la cabeza que esto podría llegar a pasar-. Ya vete-. Me dijo divertida al ver que me quede como pendejo por el beso que me dio. Idiota, eso es lo que soy.
Salí rápidamente de ahí y me encontré con Nicolas a mitad de las escaleras. Gracias a Dios y a todos los santos que grito o no me quiero ni imaginar el lió que se habría armado.
-Aquí estoy-. Sonreí nervioso.
- ¿Dónde estabas?
-En mi habitación, me voy levantando.
- ¿Apenas? Ya son las 12 de la tarde.
-Si es que... me dormí tarde.
- ¿Estás bien?-. Me pregunto pues noto mi nerviosismo y mi jodida respiración que no terminaba por normalizarse.
-Si, es solo que te escuche y salí rápido de la cama. No pensé que fuera tan tarde ya.
-Ok-. Me dijo mirándome confundido-. ¿Y Lali?
-Emm... Supongo que también dormida, termino muy cansada se la paso bailando ya sabes.
-Voy a despertarla-. Dijo subiendo otro escalón pero lo detuve de inmediato.
-No. Déjala que duerma, mejor ven vamos por un café. ¿Y Emilia?-. Pregunte para distraerlo y funciono. Bajamos a la cocina.
-Fue a comprar el almuerzo, supuso que tendrían hambre y bueno nosotros no hemos almorzado para hacerlo todos juntos.
-Ah perfecto. Muero de hambre-. Nico se sentó en un banco de la isla de la cocina y yo puse café. Mi respiración ya estaba mejor, espero que Lali ya esté en su habitación. Otro poco y nos cachan, no puedo creer que era lo que estaba pasando hace un momento. Es mi sobrina, no puedo hacer esto, no puede continuar, maldita sea el momento en que empezó todo esto.
- ¡Hola papi!- Saludo a Nico abrazándolo con una enorme sonrisa.
Llevaba el cabello suelto y alborotado, seguía con mi playera de los lakers y unos pequeños shorts que le hacían lucir sus hermosas piernas. Volví la mirada a la playera y hasta ahora me doy cuenta de que la tomo a propósito, sabe que amo esa playera y es la que uso cada que vamos a los partidos.
Esa es otra de las cosas que nos encanta hacer juntos ir a ver a nuestro equipo favorito de basquetball.
-Hola pequeña. ¿Cómo dormiste?
-Muy bien. ¿Y mi mama?
-Fue por el almuerzo. Ahora si cuéntame... ¿Cómo la pasaste ayer?
-Increíble, fue la mejor fiesta, todos mis amigos quedaron fascinados, la música, las bebidas, los bocadillos, todo fue increíble.