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El vapor del agua caliente se mezclaba con el vapor que emanaban nuestros cuerpos. El ambiente estaba cargado de pasión, excitación y sexo, mucho sexo.

Cada que besaba sus labios, cada que acariciaba su piel desnuda sentía que todo giraba a mí alrededor, era como una inyección de adrenalina que recorría todo mi cuerpo por cada vena y cada arteria terminando en mi columna vertebral.

Sentado en la tina del baño de su habitación a altas horas de la madrugada, la miraba fascinado fijamente mientras ella se acariciaba los pechos con una de sus manos, mientras con la otra se daba placer a ella misma.

Metía y sacaba su dedo corazón de su vagina a un ritmo lento e intenso. Mi amigo estaba firme y sentía que me iba a venir en cualquier momento, ¿saben lo excitante que es ver a una mujer autocomplaciendose?

Es delicioso, es una fantasía. Quiero tocarla, quiero acariciarla, quiero besarla y sobre todo quiero cogérmela hasta que mi cuerpo no pueda más.

Pego un fuerte grito y verla venirse fue algo increíble, tanto que mi amigo palpitó y tembló más de lo normal.

—Te quiero dentro de mí—. Dijo y yo gruñí más que excitado. Se acerco a mí y con sus dientes mordió levemente mi babilla al mismo tiempo que gruñía imitando a un tigre.

—Mmm... Mi nena sucia y salvaje—. Le mencione con voz ronca. Sonrió y se coloco a horcajadas sobre de mi, se apoyo en sus rodillas y me puso sus pechos en la cara y yo solo abrí la boca y una a una las metía en mi boca saboreandolas, con los dientes tome uno de sus pezones y tire de el haciéndola gritar. Levante mi rostro y la tome de las mejillas haciendo que me mirara

—. Te voy a coger muy pero muy duro.

—¿Hasta que me duela?—. Pregunto agitada.

—Hasta que te duela—. Afirme. Se inclino hacia mí y tiro de mi labio y luego lo lamió.

—Pucca quiere estar adolorida y Garu le va a dar muy duro—. Dijo divertida y yo fruncí el ceño.

¿Pucca? ¿Garu? Pero que mierda sig...

—¡Ah!—. Gemí cuando sentí que me enterraba en ella. Eche mi cabeza hacia atrás disfrutando de ella, sus manos se aferraron a mis hombros y los uso para apoyarse mientras subía y bajaba lentamente.
Puse mis manos sobre sus nalgas y las apretaba con cada sentón que daba sobre mí. Es increíble que me haga sentir tan lleno y satisfecho pero que al mismo tiempo, me queden mas ganas de estar dentro de ella.

—Ah, Tío... Me encantas.

—Me vuelves loco... Eres mi tentación.

—Tu dulce y sucia tentación—. Beso mis labios mientras aceleraba sus sentones.

—Eres mía.

—Solo tuya... Y quiero que sepas... que no quiero a nadie mas dentro de mi... que no seas tu.

—Y tu debes saber... que yo jamas... jamas... dejare que nadie... entre en lo que es mío—. Nuestras voces eran entrecortadas.

nuestras respiraciones aumentaban a cada segundo. Sus tetas subían y bajaban al ritmo que cabalgaba sobre mí, el agua caía de la tina con el fuerte movimiento. Solté una de sus nalgas y fui hasta su vagina y acaricie su clítoris con la yema del dedo.

—¡Peter!

—Tío...yo soy tu tío—. Pellizque su perla y ella tembló, jalo de mi cabello con fuerza echando mi cabeza hacia atrás y comenzó a besar mi cuello desesperada e insistentemente.

Me perdí en el momento, solo eramos nosotros dos desnudos, cogiendo de lo mas delicioso, vapor, agua cayendo y gemidos y gritos de placer que me mezclaban en el aire. Ambos gritamos nuestros nombres al momento en el que el orgasmo nos invadía al mismo tiempo.

En contra de todo Where stories live. Discover now