Mis puños se cerraron y ejercían más y más fuerza conforme me iba a acercando. Mis ojos solo lo miraban a el, estaba de lo mas tranquilo mientras decía no se que cosas a sus amigos y la chica que iba con el, todos rieron. Parece que es de los que les gusta hacerse el gracioso frente a todos, pues ahora que lo tenga de frente quiero que haga lo mismo el cabrón.
Mientras mas cerca estaba mas me hervía la sangre. "¿De verdad creías que lo nuestro iba en serio? Te hiciste la difícil conmigo y después de un largo mes me diste lo que quería, y la verdad es que no estuvo tan bien como yo esperaba. Y también me dijo que lo hubiese logrado desde antes sino fuera por el metiche de mi tío."
Cada palabra la tenia más que presente en ese momento, y junto con ellas el rostro triste de Lali y las lagrimas que derramaba por el, va a pagarlo y muy caro.
—Pitt espera—. Escuche que me llamaba pero no le hice caso y continué mi camino, ahora nada ni nadie me va a impedir que enfrente a este idiota. Estaba a unos 5 metros de ellos cuando el me vio, puso los ojos en blanco y me sonrió cínicamente.
—¿Tu que?—. Grito con fastidio y en ese momento sentí sus pequeñas manos en mis brazos.
—Tío, por favor vámonos de aquí—. Me dijo con voz agitada. Pablo al verla sonrió cínico, sus tres amigos y la chica solo miraban confundidos.
— Así que ya le fuiste a chillar a tu tío—. Dijo en forma de burla, algo dijo en voz baja y sus amigos rieron. Maldito. Segundos después por fin llegue hasta a el y lo primero que hice fue tomarlo del cuello de su camisa y lo acerque con fuerza a mi. Clave mi mirada en la de el como si fueran dos dagas que estaban dispuestas a matarlo en ese momento.
Su risa estúpida se borro en un segundo y se puso pálido. Su rostro estaba a centímetros del mío y juro que olía el miedo en el.
—¿Por qué no me cuentas el chiste a mi también?, digo para reírme con ustedes—. Le dije entre dientes y mi voz estaba envuelta de una enorme furia. El idiota pestañeo varias veces, parecía que no podía creer lo que le dije. Sus amigos solo veían la escena sorprendidos.
—Tío por favor, déjalo, estamos fuera de la escuela, no hagas esto más grande—. Me suplico Lali, sentí sus pequeñas manos acariciar mi espalda lentamente, tratando de calmarme.
—¿Lali qué pasa?—. Escuche la voz de Eugenia . Y como un milagro la razón pudo más con mi coraje. Hay mucha gente alrededor que solo esta viendo que sucede y todos serian testigos de que fui yo quien inicio todo esto y no pretendo darle el gusto a este idiota de hacer algo en mi contra.
—Tío, por favor déjalo no vale la pena, te lo suplico—. Volvió a pedírmelo y ante sus palabras y su voz asustada no pude, solo me importa ella, ya le partiré la cara a este idiota sin nadie alrededor, solos el y yo.
—Escúchame bien hijo de perra. No te quiero cerca de Lali, si me entero que le tocaste aunque sea un solo cabello te juro que no respondo. Pero que quede claro que la forma en que la humillaste te la voy a hacer pagar—. Note como tenso su mandíbula y lo solté dándole un fuerte empujón todo sin dejar de mirarlo. Se que esta leyendo mi pensamiento, se que sabe que lo dije muy enserio, y sabe perfecto que en algún momento le voy a hacer pagar todo lo que le ha hecho.
Mire a Lali que estaba a un lado de mí, la tome de la mano dispuesto a volver al auto y alejarnos de ahí antes de que cambie de opinión y decida si partirle la cara a ese cabrón. Dimos unos cuantos pasos y de pronto en una décima de segundo paso todo, sentí una mano tomarme del brazo con fuerza y girarme. Recibí un fuerte puñetazo en la mandíbula, un sabor salado y amargo invadió mi boca, era sangre.
—¡No!—. Grito Lali, de inmediato la empuje sin mucha fuerza para evitar que callera, solo quería mantenerla alejada de lo que estaba por suceder.