Después de días volvía a escuchar esas hermosas palabras que eran como música para mis oídos.
Junte mi dedo medio con el indice y lentamente los metí dentro de ella, al instante se arqueo llena de placer mientras con mi otra mano seguía jugando con sus pezones. Mordí su oído una vez más y comencé a bajar por su cuello con leves mordiscos y besos. Formaba círculos dentro de ella y abrió la boca por un grito que no permitió que saliera, comenzó a mover las caderas rozando más y más a mi miembro así que comencé a moverme también.
—Sigues sin contestarme.
—Peter...
—Tío... soy tu tío.
—Tío
—¿Por qué regresaste con el?
—Por que... lo quiero. Me... gusta.
—¿Ya te acostaste con el?
—No.
—Perfecto... Por que esto...— Saque mis dedos y los volví a hundir con fuerza.
—¡Ah! ¡Dios!
—Esto... es mio—. Mis dedos salían y entraban una y otra vez, cada vez mas rápido, rasguño la pared con sus uñas mientras seguía moviendo sus caderas sobre mi miembro. Estoy tan pero tan excitado que tengo unas enormes ganas de arrancarle la ropa y cogerla hasta que me duela, pero no estamos solos y no me voy a arriesgar, ademas esto es parte de mi plan así que debo aguantarme.
—No me gusta que estés con el.
—¿Por qué... no?
—Por que no lo soporto—. Saque mis dedos de su vagina y la otra de su brasiere y me aleje de ella. Pude notar como se recargo en la pared para evitar caer. Agitada y confundida giro y me miro.
—Que...—. Susurro.
—No puedo creer que ayas sido tan tonta como para haber regresado con ese cabrón, el día que te lastime por favor dame la dicha de ser el primero en saberlo para poder reírme en tu cara.
—¿Qué?
—Pero bueno que se puede esperar de una niña como tu, les gusta que las hagan sufrir.
—No me digas eso...
—Te veo abajo, deben estar esperando—. Lleve mis dedos que un minuto antes la penetraban a mi boca y los chupe con fuerza—. Deliciosa como siempre.
Sonreí cínicamente al tiempo que le guiñaba el ojo y salí de ahí.Bien hecho Lanzani, lo hiciste perfecto, le diste su merecido a la condenada de tu sobrina. Peter 2- Lali 0
Llegue abajo y antes de ir directo al comedor me acomode mi miembro, seguía palpitando de deseo por esa... niña, y el bulto de mi pantalón esta mas que sobresaliente y no puedo entrar así. No puedo creer que pude contenerme las ganas de cogérmela, se los dije, tengo una fuerza de voluntad envidiable, y luego teniendo esas nalguitas, esos pechos, y recordar como los he disfrutado, carajo Lanzani, deja de pensar en eso o se te va a romper el pantalón. Trate de pensar en otras cosas para que mi erección se relajara y poco a poco lo logre y fue entonces que entre al comedor.
—¿Hey donde estabas? Morimos de hambre—. Dijo Nicola y todos me miraron.
—Estaba en el baño, perdón es que recibí una llamada de la oficina y me entretuve... ¿Y Lali?—.
Pregunte para que nadie sospechara si quiera que estaba con ella.
—Me dijo que iría a su habitación—. Dijo Pablo, cabrón no lo soporto.
—Iré a ver por que tarda tanto. Ya vuelvo—. Emilia salio en busca de su hija y entonces decidí comenzar con la ultima parte de mi plan.
—Y dime Pablo... ¿Hace cuanto conoces a mi sobrina?—. El tipo me miro unos segundos, en sus ojos pude notar que decía, ¿Qué te importa? Pero obvio no lo diría en voz alta.