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La tome de la cintura haciendo que se sentara a horcadas sobre mí, acaricie su espalda por encima de su blusa y la apreté mas a mi, ella rodeo mi cuello con sus manos y peino mi cabello con una de ellas. Nuestro beso en esta ocasión era completamente diferente, era lento y pausado, lo estábamos disfrutando por completo, todo a nuestro alrededor desapareció, estábamos encerrados en nuestra propia burbuja rosada donde todo es perfecto y lleno de amor. La tome con fuerza, me levante de la silla y la senté en el escritorio sin perder el contacto de nuestras bocas que chocaban y tronaban en cada movimiento. En cada caricia me pedía que la poseyera, me decía lo mucho que me necesitaba y lo mucho que me desea.

Tome su blusa y ella levanto sus manos para que pudiera quitársela de un rápido movimiento, nuestros labios apenas y se separaron y continuaron con su suave movimiento hasta que sentí su lengua invadir mi boca y yo la recibí con gusto mientras también hundía la mía en la suya recorriendo cada rincón del cual estoy seguro que ni sabia de su existencia. Sentí como con sus dedos desabrochaba mi camisa, botón por botón hasta que finalizo y con candentes caricias desde mi pecho hasta mis brazos me la quito de un jalón haciendo que cayera, sin esperar un segundo mas continuo desabrochando mis jeans y yo hice lo mismo con los de ella, los míos cayeron el piso y yo jale los de ella con un rápido movimiento.

Semi desnudos estábamos los dos ahí, ella acariciaba mi pecho, mi abdomen y mis brazos mientras yo acariciaba su pequeña cintura, y dibujaba su contorno desde su rostro hasta su cuello para seguir mi camino por sus brazos.

—Eres tan suave—. Le dije con ternura.

—Y tú tan fuerte, tan varonil—. Me tomo del rostro y me acerco a ella—. No sabes como me encantas.

Dijo sobre mis labios antes de capturarlos en un nuevo beso. Todas las emociones que tenia guardadas dentro de mi explotaron, la apreté con fuerza e hice que me rodeada las caderas con sus piernas mientras mi boca exploraba mas y mas la suya sin dejar de acariciarla con devoción y adoración.

Podía sentir como mi corazón palpitaba y lo escuchaba como si fuera un tambor que tocaban al ritmo de nuestras lenguas que bailaban a un ritmo excitante, yendo de boca en boca.

Su mano recorrió todo mi torso descendiendo lentamente hasta llegar a mi entrepierna y con la palma acaricio a mi miembro que ya estaba duro como una piedra y gimió al sentirlo debajo de su mano. Hundí mis dedos en su cabello y tire de el con suavidad haciendo que ella echara su cabeza hacia atrás y me dejara libre su cuello el cual sin dudarlo lo bese y lo mordí sediento.

Su aroma inundo mis fosas nasales y sentí como recorría todo mi ser, la extrañaba tanto pero necesito mas de ella y solo me pregunto si sera suficiente para quitarme las ganas que tengo de ella. De un jalón bajo mis boxers al mismo tiempo que yo desabrochaba su brasier dejando a sus nenas al descubierto y un salvaje gruñido se escucho desde el fondo de su garganta al sentir a mi amigo en toda su extensión debajo de su mano. Me deshice de sus bragas con rapidez, quiero sentirla mas a profundidad, la necesito y hace semanas que soñaba día y noche en sentirla parte de mi, en convertirnos en uno solo.

La acerque mas al filo del escritorio y puse la punta de mi pene en la entrada de su vagina la cual ya escurría deseosa de tenerme dentro. Tome sus pechos con mi boca y entre mordiscos y besos gemía al tener a esas hermosas montañas dentro de mi boca, siempre recordaba su dulce sabor pero no era suficiente con eso.

—¡Peter! Haz Me tuya—. Me dijo agitada, implorando que hiciera ya contacto.

—Tío... soy tu tío.

—¡Tío! Por favor...

—Por favor ¿Qué?

—Por favor cógeme tío—. La tome de las mejillas y clave mi mirada en la suya, su mentolado aliento me azotaba en el rostro, su mejillas de un rojo carmesí provocaron que mi corazón latiera con mas fuerza, y me di cuenta de que en verdad el amor que siento por ella es algo inexplicable, algo tan fuerte que es capaz de vencer cualquier otro sentimiento. Le di un beso fugaz y me atreví a decirle.

En contra de todo Where stories live. Discover now