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Fruncí el ceño y la miraba con curiosidad y con un enojo que comenzaba a crecer gracias a que mi mente comenzó a trabajar a mil por hora imaginándose lo que en cualquier momento ella me podría decir.

—Ayer fue mi primera vez con Pablo.

—¡¿Qué?! Pero como pudiste dejar que ese cabrón te tocara, no debiste haberte metido con el... Pero te juro que en cuanto volvamos yo mismo voy a ir a su casa y le voy a partir la cara, ese pendejo es para lo único que te quiere y tu eres...—.

¡CONDENADA! Me tapo la boca con cinta, estaba tan encabronado que no me di cuenta y por lo mismo no me dio tiempo de impedirlo. No me dejo terminarle de decir que es una tonta por haberse metido con ese idiota.

Ella es mía, solo mía y juro que ese maldito hijo de puta me la va a pagar. Intente luchar por zafarme para poder quitarme esta cinta y decirle todo lo que pienso. El coraje y los celos que este momento me han invadido fueron suficientes para que toda la excitación se esfumara como por arte de magia. Imágenes de ellos dos en la cama invadieron mi cabeza y no saben la impotencia que tengo y por mas que me cueste trabajo tengo que aceptar que estoy mas enojado conmigo que con ella y que con el infeliz ese, yo soy el único culpable de todo esto. Maldito seas Lanzani.

—Te lo advertí tío, a la tercera que hablaras te tapaba la boca. Y lucha lo que quieras, que el nudo es uno de los mejores que hay, lo aprendí solo para este momento—. Sonrió cínica y volvió a cruzar sus piernas y fue mas que suficiente para perderme en ellas, recordé los días que yo las acaricie, el día que las bese y maldita sea... una imagen de ese idiota entre ellas me volvió a llenar de coraje, solo un ronco y fuerte gruñido se escucho desde mi garganta.

—Bien como te decía, ayer me acosté con Kendall y la verdad es que... si me hizo disfrutar no te lo voy a negar pero... no como tú. Solo pensaba en ti, solo imaginaba que el que me acariciaba eras tu, que el que me besaba eras tu... que el que me penetraba eras tu.

Volví a gruñir, y aunque saber que cuando cogía con su noviesito pensaba en mi me hizo sentir bien, saber que fantaseo conmigo mientras estaba con el me alegra pero igual me da coraje porque ese tipo la disfruto como solo yo la puedo disfrutar.

—Creí que Pablo tenia no se, mas experiencia sexual pero no, o no se sera que tu estabas ahí, entre nosotros. Pero bueno, como mi novio no me llena, decidí comprarme un juguetito... por que ¿te digo la verdad?—. Susurro y dijo en voz —. No me llevo al orgasmo—. Hizo un mohín y llevo su mano hacia atrás, saco un costalito de una tela brillosa, lo abrió y saco un vibrador color rosa... ¿un vibrador? Madre mía.

—Es el señor Pinky... ¿Te gusta?—. También le puso nombre al vibrador... Dios mi entrepierna comienza a alterarse de nuevo—. Lo compre hace como una semana, pero no lo he usado, y quiero usarlo ahora mismo, contigo.

Volví a gruñir lleno de excitación, pero no entiendo a que se refiere a que va a jugar con el conmigo. Yo lo único que quiero es estar dentro de ella, sentirla, besarla, tocarla y decirle de una vez por todas que estoy loco por ella. Se bajo del escritorio y se sentó a horcajadas sobre mi, rozo su vagina con mi pene y sintió que yo ya estaba más que listo para lo que sea.

—Mmm, veo que ya estas listo tío—. Comenzó a besar mi cuello lentamente y en cada beso mordisqueaba suavemente mi piel. Mi respiración estaba demasiado alterada, quiero abrazarla, tocarla pero maldita sea el amarre me lo impide, pero igual seguía luchando con la esperanza de que June se apiade de mi y me suelte y me deje disfrutarla.

Puso la palma de su mano libre sobre mi erección, desabrocho el pantalón y lo bajo junto con el boxer liberando a mi miembro el cual agradeció la liberación, sentía que estaba apunto de romper el pantalón.

En contra de todo Where stories live. Discover now