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Enzo's pov

Llegue a mi habitación después de haber estado en la Julieta sintiéndome lo más confundido que había estado en mi vida.

No paraba de reproducirse en mi cabeza la escena de mi amigo anunciando que debíamos de tomar un shot si estaríamos con alguien de la habitación, y los labios de Julieta en el vaso.

La mirada que me había dado después de tomar el líquido, y los miles de escalofríos que me había recorrido viéndola ahí, tan línea, tan genuina, mirándome a los ojos, como insinuándoseme.

No.

Julieta estaba en los brazos de alguien más, que le susurraba cosas al oído mientras ella tomaba.

Pero ese otro no había tomado. Me estaba imaginando  cosas donde no las había.

No pasaba por algo la mirada que le había dedicado a Matías después de mirarme a mí, y el gesto con el que el chico le respondió.

Era ingenuo pensar que ella sentía algo por mí, teniendo a tanta gente atrás. Tanta gente de su edad. No imaginaba esa idea, porque me sentía tan yo; tan insignificante y chiquito. Era imposible imaginarme siendo el objeto de afecto de una chica como ella, que era tan espléndida todo el tiempo, que no parecía tener los problemas que a mí me sobraban, y que sobre todo disfrutaba su soltería. Todo lo contrario a mi.

Sabía que estaba siendo un tonto al dejar que mi mente se perdiera tanto en esas ideas, porque me hacían crearme ilusiones. Ilusiones vacías.

La tarde hermosa que habíamos pasado hace un tiempo, el día que hablé por primera vez con ella, la noche anterior en la que compartimos un beso lleno de magia, el día que habíamos compartido en ese tráiler y como cada vez todo se volvía más personal.

Guardaba con recelo pequeños gestos que me revolucionaban todo como nunca antes: el tacto de las manos de Julieta cuando me maquillaba, la voz suave que tenía conmigo cuando estábamos a solas, las sonrisas sutiles, tal vez involuntarias que ponía sobre sus labios, o como veces Julieta parecía perderse en mi. Me encantaba como a veces resaltaba con esa sonrisa boluda y los ojos tan atentos, moría por saber que se le pasaba por la mente en esos instantes.

Cuando Julieta me miraba, cuando me tocaba, el corazón parecería aumentarme a mil latidos por minuto.

Esa morocha increíble por la que me sentía capaz de morir, esa chica que tenía amor para todos y que yo anhelaba que pusiese tener un espacio en su corazón donde yo entrase.

This love| Enzo Vogrincic Donde viven las historias. Descúbrelo ahora