This love is good
This love is bad
This love is alive
Back from the dead
Una joven maquillista mexicana consigue el trabajo de sus sueños, siendo maquillista de en la producción de "la sociedad de la nieve" sin imaginar en lo que se vería envuel...
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Narrador POV
Enzo se había vuelto más penoso.
O eso le había dicho Juani.
Iba de acá para allá con los ojos tristes, los hombros encorvados y su risa ya no era algo tan habitual de escuchar.
Los días pasaban lentos, y aunque tuviese a sus amigos, se sentía solo, abandonado.
Sabía que siempre iba a contra con ellos, pero al final, cuando el día le pasaba factura y no había nada que lo sacara de su miseria, estaba solo.
Y le afectaba reconocer que en todo ese sentimiento, lo que más falta le hacía era poder compartir aunque sea dos minutos con Julieta.
La extraña tanto.
Y le dolía muchísimo verla pasar a su lado y que ella no lo mirara, que fingiera que él no existía.
Pero entendí que era lo que merecía por haberse creído con el derecho de jugar con lo que sentía ella.
Porque era cierto que había sido malo al darle esperanzas a la chica cuando ambos tenían muy en claro la situación.
Así que supuso que lo mínimo que tenía que hacer era darle su espacio y aceptar en silencio su odio.
A Julieta, por su parte, le costaba esfuerzos inhumanos no poder darle siquiera una mirada y tener que escuchar a todos el mundo preguntarse qué pasaba con Enzo, por qué de repente parecía que la alegría le había abandonado el cuerpo.
Lo cierto era que no era ajena al chico, notaba que ahora la tristeza era más evidente en su andar decaído, en cómo ya casi no reía, ni siquiera con sus amigos.
En sus ojos, que habían perdido el poco brillo que tanto le habían costado recuperar.
Era un momento tenso para todos, las emociones estaban a flor de piel y el cansancio les pesaba cada vez más sobre los hombros.
En cuanto a rodaje era un momento muy intenso en el que cada escena era más difícil que la otra.
Julieta estaba cansada, tanto física como emocionalmente. No tenía las energías para afrontar lo que le estaba pasando, solamente quería acostarse y llorar horas.
Pero no podía, tenía que ser una mujer fuerte, y deprimirse por un tarado no era la justa definición de fuerte.
Se prometió dedicar esos días a disfrutar lo más que podía a Blas, no quería aceptar que en tan solo días él pasaría a estar en otro continente, tan lejos.
