La Otra Luthor 2 || Elizabeth

Capítulo 28

Pov Elizabeth:

–Lex...

—Hola hermanita —la voz tranquila del otro lado de la línea me hizo retroceder un poco—¿Creíste que no me enteraría de tu primer acto público medianamente importante?

—¿Llamas para felicitarme? ¿Será que moriré pronto?

—Lástima que fue una cosa tan desagradable como esa fundación para alienígenas.

—Ay perdón, es que soy un alienígena también así que le encontré sentido a ello —respondí con sarcasmo y el hombre rió.

—Bueno, podría ser peor.

—¿Qué quieres, Lex? —corté el juego y lo escuché resoplando a través del altavoz.

—¿No crees en la buena fe de tu hermano mayor?

—Creo más en la política de este país que en ti —señalé tranquila.

—Ya veo —hizo una pausa silenciosa—Quiero verte.

—¿Qué? —pregunté confundida.

—Quiero verte, Elizabeth.

—Mmm no creo. La última vez que te vi querías que me volviese una loca homicida destructora de mundos y casi muero porque me dejaron como coladera —le recordé.

—Me disculpé por eso, y yo no disparé esa pistola —recordó.

—Pero tu plan fue el que me puso en esa situación —sentencié.

—Mala mía, lo admito. Pero iba para otro Kryptoniano.

—Adios Lex-

—¡Espera! —interrumpió antes de que pudiera colgar.

—¿Qué? —dije sin interés.

—Traté de ser amable por lo que pasó hace tiempo, pero si no accedes a venir a verme, voy a activar las trece bombas que mis amigos se encargaron de colocar en puntos clave de la ciudad, incluido tu evento —mi cuerpo se tensó—¿Podrías salvarlos a todos?

—No hiciste eso.

—Mira hacia el interior del lugar —lo hice—Esos hombres de traje a tu derecha, trabajan para mi.

El grupo de hombres de un momento a otro detuvo su conversación y se giraron para mirarme fijamente.

—Podrían hacer un gran escándalo si es que necesitas persuasión.

—Bien, ya entendí. Lo haré, te visitaré mañana en la prisión —respondí lo más calmada que pude.

—No, no a la prisión —dijo con calma—Te mandaré la dirección en un rato.

—Bien, mañana nos vemos.

—Creo que no entiendes, nos veremos esta noche —dijo en un tono serio y fruncí el ceño.

—No me iré, es mi fiesta.

—Tienes hasta la media noche para llegar —miré la pantalla de mi celular.

—Lex, son las once.

—Entonces apresúrate.

—Lena no querrá hacerlo y-

—Nunca mencioné a Lena —interrumpió.

—¿Qué?

—Vendrás sola.