La Otra Luthor 2 || Elizabeth

Capítulo 17

"No tengo ocho años"

Pov Elizabeth:

El sol se colaba ligeramente entre las hojas de los árboles y un viento agradable entraba por las ventanillas de la camioneta color gris.

—Me parece que has llegado temprano... —la dulce voz al otro extremo en la ventanilla llamó mi atención.

Una mujer de ojos oscuros y un bronceado envidiable asomaba su rostro ligeramente por fuera del vehículo.

—Disculpa que me acercara pero llevas bastante tiempo ahí estacionada —esbozó una sonrisa.

—Me agrada llegar temprano —respondí con una sonrisa—¿Estoy estorbando? Es la primera vez que vengo con automóvil, me dijeron que me formara en la fila de los automóviles.

—No tranquila, no estorbas. ¿Vienes seguido? No te había visto antes.

—A veces vengo los martes y viernes —la mujer asintió mientras arreglaba el chaleco naranja fosforescente que llevaba puesto—Elizabeth, mucho gusto.

La mujer me miró con una impecable sonrisa.

—Elizabeth... Soy Alisson.

—Es un lindo nombre.

—¿Tu crees? —la mujer se sonrojó ligeramente, sus latidos subieron la velocidad con la que se hacían presentes y sonreí.

—Por supuesto —la mujer sonrió de igual forma.

—¿Eres madre? —señaló la escuela detrás de ella.

—Oh no, vengo por mi sobrina —la mujer sonrió aún más.

—Sabía que era imposible que tuvieses hijos aún —la miré confundida—Eres claramente menor que yo —un nuevo sonrojo se asomó por sus mejillas y sonreí.

—No creo que haya mucha diferencia entre su edad y la mía. No parece serlo —sonreí.

—¡Alisson ven aquí! —una mujer con chaleco verde gritó desde el otro extremo de la calle.

—¡Elena, por amor de Dios! ¡Teníamos un trato! —la mujer al otro lado de la acera mostraba evidente diversión.

—¡Ya pasaron cinco minutos! —la mujer recargada sobre la ventanilla se sonrojó y reí ligeramente.

—Elizabeth que disfruta de llegar temprano y no es madre sino que es tía... fue un gusto hablar contigo —sonreí.

—También fue un gusto Alisson —la más baja tambaleó ligeramente mientras hacía una pequeña mueca. La miré con atención.

Se apartó de la ventanilla, introdujo su mano en uno de los bolsillos delanteros de sus jeans negros y me entregó un trozo de papel.

—No sé si tienes pareja o no, pero espero sinceramente que no tengas y en verdad espero que, de ser así, me llames —esbozó una sonrisa coqueta mientras se alejaba—Uh y... tampoco soy madre. Por si querías saberlo...

—Gracias, lo tendré en cuenta —reí mientras la mujer cruzaba la calle.

Segundos después la campana de la escuela sonó dando por finalizado el día escolar. Con rapidez el lugar se llenó de gritos que a su vez parecían atraer una gran cantidad de automóviles que comenzaban a ser organizados por un grupo de padres y madres de familia detrás de mi auto.