La Otra Luthor 2 || Elizabeth

Capítulo 14

"Tengo veinticuatro años y tengo salud"

National City
[Actualidad]

Pov Nia:

El sonido del pequeño dispositivo me hizo pegar un brinco, haciendo que me despertase de forma brusca. Con rapidez comencé a tantear el lugar en busca del pequeño aparato hasta que por fin lo encontré.

Abrí solamente uno de mis ojos para poder ver el nombre iluminado en la pantalla, pasé mi mano por mi rostro en busca de despejar mis ojos adormilados y atendí la llamada.

—¿Hola?.

—Nia. ¿Cómo estás? —la voz de la mayor al otro lado de la línea me descolocó.

—¿Estoy bien? Buenos días... —respondí.

—Dímelo ya, ¿Qué pasó? ¿La besaste? Perdona si susurro, Lena podría escucharme —fruncí el ceño confundida.

—¿Besar? ¿A quién?.

—A Elizabeth ¿A quién más? —mis ojos se abrieron con sorpresa.

Con rapidez enderecé mi cuerpo, sentándome sobre la cama y por primera vez noté que no estaba en mi habitación...

—Por Dios...

—¿Nia? —la voz al otro lado del dispositivo me llamó.

—No me acuerdo de nada... —susurré para la rubia.

—¿Cómo que no recuerdas nada? Ayer no parecías tan ebria —mi cerebro estaba en transe total.

—Yo...

La habitación de Elizabeth.

Era la primera vez que estaba en ella.

Las paredes eran blancas en su totalidad, pequeños detalles en rosa como los cojines encima del gran sofá al fondo de la habitación o la alfombra en el suelo y colores dorados, como los bordes de la silla frente al tocador y los múltiples adornos. Las cortinas eran de un color rosa casi blanco, había un librero en una de las esquinas a unos metros de la chimenea eléctrica, la cual tenía una gran pantalla de plasma encima de ella, empotrada a la pared.

Otros sofás, está vez en estilo puff acompañaban al sofá más grande y justo en medio de estos, se encontraba una mesa baja, con un juego de ajedrez sobre ella.

El aroma era absurdamente agradable al igual que el orden en el lugar. No había una sola cosa fuera de su lugar. Incluso mi vestido sobre la silla no rompía la armonía del lugar.

Mi vista se dirigió a la gran cama debajo de mi, había un gran bulto de sábanas regadas, bajé un poco más y observé la delicada pijama que llevaba puesta, era blanca en su totalidad y-

Abrí los ojos con rapidez una vez que asimilé la situación presente.

No llevo mi vestido...

—Nia —la voz al otro lado del dispositivo me sacó del transe.

—S-Si... si... estoy aquí...

No llevaba mi vestido.

—¿Nia qué sucede?.

Estoy en la habitación de Elizabeth y no llevo mi vestido.

—¿Nia me estás escuchando?.

No me acuerdo de nada...

—¡Nia Nal! —reaccioné con rapidez y agité la cabeza.