7; Dueles

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Abre los ojos perezosamente, tanteando a su lado solo para darse cuenta que el mayor no está con él

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Abre los ojos perezosamente, tanteando a su lado solo para darse cuenta que el mayor no está con él. Observa por la ventana y mira el cielo oscurecido, seguro que no pasaban de las diez de la noche.

Se levantó de la cama y se sentó en la orilla, bostezando con pereza y colocandose las pantuflas, antes de escuchar un par de voces desde el living que llamaban su atención un poco por la hora.

Se levantó de la cama y salió de la habitación, escuchando con más claridad las voces de los amigos de su hermano y de este mismo unido con ellos hablando animadamente. Él simplemente se asomó desde el pasillo, viendo unas cuantas botellas de licor ya terminadas y al grupo de amigos riéndose de cualquier tontería.

- Touya. –le llamó, con cierto reproché.

El nombrado se volteó a mirarlo casi al instante, mirándolo con un rostro ligeramente somnoliento, dando a notar su embriagues.

Los otros también se voltearon a mirarlo al instante, observandolo con una sonrisa un tanto divertida que decía mucho en realidad, pero que a él le dió igual, en realidad, no le agradaba que Touya estuviera ebrio, ¡Para nada le agradaba!

- Shoo, que bueno que estás aquí –sonrió el rubio con una sonrisa coqueta hacia el menor, quien lo ignoró realmente.

- Hey, amor, ¿ya estás despierto? –susurró suavemente el ojiturquesa, con una ligera sonrisa en los labios.

No sonrió, y Touya sabía que eso significaba muchas cosas, entre ellas que había hecho molestar al menor. Le había prometido no tomar más, pero habían comenzado con un vaso y al final tomaron más de lo planeado.

- ¿Qué diablos, Touya? Dijiste que-

- Se lo que dije. ¿Bien? Pero han pasado dos meses, y necesitaba un tragó –se excusó.

Shouto arrugó ligeramente el ceño, dándose la vuelta por el mismo lugar que llegó. No iba a pelear con Touya, no tenía caso que lo hiciera, después de todo no quería más peleas con el otro cuando recién estaban recuperando esa comunicación que habían dejado de tener hace nada.

- Uhhhh, si se enojó tu noviecito –se burló sin descaro el rubio, dando otro sorbo a su bebida.

- Cállate idiota. –gruño por lo bajo, frunciendo ligeramente el ceño y dejando su vaso sobre la mesita de centro.

Se levantó del sofá, pero antes de poder ir detrás de el menor, las palabras de su amigo albino lo detuvieron.

- Vamos, ve tras tu Julieta y pídele disculpas como siempre terminas por hacerlo. Después de todo él te a hecho alguien blando y que se deja manipular por un chiquillo de quince años –se burló, observando el licor en su vaso con el que comenzó a jugar y beber.

Se detuvo a pensar en lo que el otro acababa de decirle. ¿En verdad se veía así de ridículo? Yendo tras de un adolescente de quince años como si fuera a perder la vida por él...

Hermanastros;    DabiTodoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora