Desde que tiene memoria ha estado siempre solo.
Su madre era una persona muy ocupada. Desde que su padre falleció, ella se ha tenido que esforzar para mantenerlo. Pero él... necesitaba la atención de alguien, quizás necesitaba algo de atención por...
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Shoto rasca su cabeza adolorido. ¡Por fin había terminado ese día de clases! Se perdió la clase de Química solo por haber tenido sexo con Touya por la mañana y eso fue... vergonzoso. Al menos nadie entro ni les vió, por lo que estaban librados de problemas serios.
- Te ves agotado desde hace un rato, Shoto –murmuró Keigo, curiosamente el rubio siempre se la pasaba a su lado.
- Ah... sí, solo un poco –le respondió en un susurro.
Keigo lo observó. ¡Se veía tan cansado! Incluso lo observó quedarse dormido a mitad de su clase cuando él iba de camino a los baños.
- Sho-
- ¡Date prisa antes de que los profesores interfieran!
Ambos giraron sus rostros hacia aquel griterío. Había un bullicio entre los alumnos, formando una rueda, quizá, alguna pelea.
- ¡Hombre! ¿Quién es tan loco para pelear dentro del instituto? –dijo Keigo en confusión.
Shoto elevo los hombros. Sin embargo, ambos quedaron perplejos al escuchar el nombre que se gritaba.
- ¡Tú puedes Touya!
Shoto no dudo nada en acercarse rápidamente entre el bullicio de chicos, abriéndose paso entre los alumnos y llegando lo más pronto posible al frente solo para confirmarlo; Touya herido, al igual que el otro.
Sintió que la piel se me congelo y que el miedo le recorrió el cuerpo al ver con quien peleaba Touya exactamente, logrando así que la culpa le llegue al instante en que escucho esas palabras.
- Te voy a enseñar a respetarlo hijo de puta.
¿Se refería a él? ¿Touya sabía...? No... él no podía saber... ¡No podía!
Aquel castaño fue tirado contra el suelo; el azabache se colocó encima de él, comenzando a dejar más golpes en su dañado rostro, había furia en sus ojos, no parecía tener piedad por el otro, aún cuando ya parecía estar apunto de desmayarse, fue ahí que sus miradas se cruzaron.
Fue como si en ese momento, solo existieran ellos dos, como si sus miradas fueran lo suficiente para entenderse, fue entonces que Touya se apartó del otro, dejándolo ahí sin dudarlo y caminando hacia él; lo paso de largo, como si no lo conociera...
Como sino existiera...
Volteo hacia atrás, observando solo su espalda alejarse poco a poco. Sabía que estaba molesto pero... ¿Por qué ni siquiera lo miró? ¿Por qué ni siquiera lo espero?
Intento salir detrás de él, pero los alumnos comenzaron a dispersarse, impidiendole ir detrás del otro y perdiendolo de vista el instante. ¿Por qué no... lo había esperado? ¿Por qué solo se fue sin decirle nada?
- Oye Shoto, ¿qué ocurrió? –Keigo fue espectador de lo que acababa de pasar. Touya ignoró a su pareja ¡A Shoto!
El menor se sintió tan mal y al mismo tiempo decepcionado de si mismo ¡La había cagado! Ahora... Touya ni siquiera querría verlo.
