capítulo cinco: invisble string

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— ¡Hermanito!

Mia corre a recibir a Fran a la entrada de la casa de sus padres. Ambos comparten un cariñoso abrazo, el cual se prolonga un poco más de lo normal, pues, Francisco necesitaba sentir esa calidez que le transmitía su hermana después de unas semanas de mierda.

Juntos caminan hacia el patio trasero, donde sus padres los esperan sentados en la mesa ya listos para comer. Fran los abraza a ambos y se sienta junto a Mia en frente de ellos,

— ¿Lucas llegará más tarde? —, pregunta su padre mientras corta la carne de su plato. La sonrisa de Francisco se desvanece de inmediato.

— No va a venir hoy —, responde Fran, intentando que su voz suene normal.

— ¿Tiene mucho trabajo?

Fran quiere reír ante la pregunta de si madre. Esa era la excusa que Lucas solía poner para no venir a los almuerzos con él: "Diles que tengo que trabajar", "Invéntales que tengo una reunión".

— Lucas y yo terminamos —, suelta antes de poder arrepentirse de contarlo. — Nos dimos cuenta de que no íbamos en el mismo camino y decidimos que era mejor terminar. Pero no hay rencores, fue una ruptura amigable.

Fran se siente tonto por seguir cubriendo a Lucas de tal manera para que sus padres no lo vean como una mala persona.

— Lo siento mucho, hermano —, Mia es la primera en hablar luego del silencio que se había formado en la mesa. Francisco solo puede responder con una sonrisa de agradecimiento.

— Me apena que hayan terminado, les veía un futuro increíble —, comenta su padre y Francisco quiere morirse en ese mismo instante, pero solo sonríe. — Sin embargo, si creen que esto es lo mejor para ambos, apoyo la decisión.

Si madre toma su mano desde el otro lado de la mesa y Fran conecta su vista con la de ella. — ¿Como te sientes cariño?

— Estoy bien, mamá —, miente. — Ha sido difícil acostumbrarse a una nueva rutina sin Lucas, pero es lo mejor, no quiero estar en una relación a la que no le veía futuro —, vuelve a mentir.

La mesa queda en silencio por varios segundos y Francisco comienza a sentirse incómodo. No es normal que en su familia hayan silencios incómodos y eso le duele. Se siente mal por haber terminado con Lucas sabiendo el cariño que todos en su familia le tenían. Si no hubiera sido tan intenso, quizás todo sería más distinto.

— ¡Pero no nos enfoquemos en lo malo! —, rompe el silencio. — Mia dijo que nos tenía buenas noticias y de eso deberíamos estar hablando.

Mia sonríe con timidez y baja la mirada para hablar. — Me llamaron de la clínica de la que les hablé. Me aceptaron para hacer mi internado.

Y como por arte de magia, la mesa se vuelve a llenar de alegría. Mia recibe abrazos de toda la familia y Lucas pasa al olvido.

Fran había extrañado aquella sensación.

🫀

— Deberíamos ir a bailar.

Esteban levanta su vista de los documentos que estaba revisando para mirar a Felipe, quien se encontraba sentado al frente de su escritorio.

— ¿Estás loco? En lo único que pienso ahora mismo es en ir a dormir —, le contesta Enzo, quien está a su lado.

Los tres habían tenido un Viernes largo en la oficina; Enzo había tenido dos largas cirugías, mientras que Felipe tuvo que encargarse de manejar la sección de urgencias, por su parte Esteban, debido a que su padre estaba de luna de miel, tuvo que hacerse cargo de la administración de la clínica.

— Tengo que terminar de revisar estos papeles —, es excusa Esteban, aún cuando sabe que Felipe ya tenía claro que él no iba a salir de fiesta. — El lunes entran los internos nuevos y tengo que organizar todo.

Felipe se acomoda en su asiento para quitarle uno de los papeles de la mano y leerlo. — Esta chica, Mia Romero, se ve que es una genia —, comenta mientras lee el papel. — Quiere especializarse en neurología. ¿Le vas a enseñar tú? 

Esteban niega de inmediato con la cabeza. — Enseñar no es lo mío. El Dr. Jiménez es muy bueno en ese campo, así que pensé asignársela a él —, explica.

— No quiero desprestigiar al Dr Jiménez, porque sé que es un maestro en todo lo que hace, pero Esteban, tú eres el mejor neurólogo de esta clínica. ¿No crees que es mejor que ella aprenda de ti? —, le dice Enzo. Esteban vuelve a negar con la cabeza.

Mientras estudiaba medicina, Esteban pensó en tomar tutorías para cuando el fuera doctor, tomar internos y enseñarles, pero su padre se lo negó de inmediato. No quería que su hijo perdiera el tiempo en "temas que son para lo doctores fracasados."

— No insistan más, por favor. Ya decidí que lo hará el Dr. Jiménez.

Felipe y Enzo comparten una mirada que Esteban odia; esa mirada de lástima, que hace que Esteban quiera encerrarse a su cuarto y no ser nunca más visto. A veces odia que sus amigos sepan tanto de su vida.

— Bueno, entonces como ustedes decidieron ser unos viejos de mierda esta noche, yo me voy de fiesta solito —, Felipe se levanta de la silla y Enzo copia su acción.

— Yo tengo que ir por Matías.

Felipe sonríe burlesco. — Pensé que estabas cansado y solo pensabas en dormir.

— ¿Quien te dijo que no puedo dormir abrazado a mi novio? —, Enzo le guiña el ojo y Felipe suelta una carcajada, dándole un golpe juguetón en el hombro. — ¿Bajas con nosotros, Esteban?

— No, me voy a quedar trabajando un rato más.

Sus amigos no saben, pero Esteban ya había terminado todo su trabajo hace media hora, pero no tenía ganas de irse a su apartamento para encerrarse con sus pensamientos. No quería decir en voz alta que sentía envidia de sus amigos, quienes siempre estaban acompañados. Sabía que podía aceptar la fiesta de Felipe e irse de fiesta por ahí, pero también sabía que nadie le pondría atención a alguien como él, que ni siquiera puede mantener una conversación no profesional por cinco minutos.

Los tres se despiden y en cuestión de segundos, Esteban queda solo en su oficina. No entiende porqué, pero su cabeza lo lleva a Francisco, al chico de la boda. Se pregunta qué tipo de persona será el chico de ojos verdes, ¿le gustará salir de fiesta? La respuesta más obvia en su cabeza es sí, cualquier chico con esa carisma es el alma de la fiesta. Se lo imagina bailando al ritmo de la música y una sonrisa aparece en sus labios.

De la nada, recuerda su risa y su corazón empieza a latir un poco más fuerte. Dios, no escuchaba una risa tan hermosa desde la última vez que escuchó a su mamá reír.

Esteban no sabe que por esta noche, Francisco no está siendo el alma de la fiesta. Por esta noche, Francisco se siente igual de solo que Esteban, preguntándose si en algún otro lado del mundo existe alguien que se sienta igual que él.

🫀

¡Cualquier comentario o crítica es bien recibida! ❤️

Llevo toda la tarde intentando escribir este capítulo, porque mi déficit atencional decidió que hoy iba a ser más fuerte. Anyways, espero que les esté gustando como va la historia. Quizás suba otro capítulo más tarde <3

love me right | esteban x francisco. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora