love me right | esteban x francisco.

capítulo treinta y tres: safe & sound pt. 2

Ya ha pasado una semana desde el accidente.

La mano de Mia sostiene con fuerza la de su padre, quien aún no ha dado indicios de querer despertar. La menor de los hermanos Romero cierra los ojos, intentando entrar en un mundo de imaginación que bloquee el sonido de los monitores y la lleve a un lugar donde está con su padre; riendo, conversando de temas triviales o simplemente tomándose una café mientras escuchan la canción favorita del padre de los Romero.

Son casi las dos de la mañana y Mia aprovecha su break del internado para pasar tiempo a solas con su padre, ya que durante el día, este siempre tenía visitas. La menor siente ganas de llorar, de disculparse con su papá por no ser lo suficientemente fuerte para poder quedarse en el quirófano y salvarlo, pero se aguanta.

— Va a despertar —, la voz relajada y tranquila del
doctor Jiménez suena desde la puerta. Mia levanta la cabeza y se encuentra con su tutor, quien la observa desde la entrada. La interna siempre ha sentido envidia de su tutor; no entiende como el hombre siempre luce calmado y nunca entra en pánico. Quizás sea la experiencia, algún día se lo preguntará. — Revisé los últimos exámenes que le hicimos y va avanzando bien.

Mia asiente levemente. Ella también ha estado revisando sus exámenes y como médica sabe muy bien que es cuestión de tiempo para que su padre despierte. Sin embargo, como hija tiene miedo de que esto no se cumpla.

— Entiendo que estés preocupada, pero tienes que ser objetiva —, el doctor Jiménez se adentra a la sala, cerrando suavemente la puerta tras él. Toma una de las sillas y la pone al otro lado de la camilla, quedando frente a frente con Mia. — Esteban es el mejor en el área que hizo hasta lo imposible para salvar a tu papá, y adivina qué, lo logró. Ahora solo queda esperar.

Mia hace una mueca de desagrado al escuchar el nombre de Esteban y el doctor Jiménez lo nota, mejor dicho, lleva notando hace mucho tiempo que su interna no es muy fan de Esteban, lo que no logra entender es el porqué.

El doctor Jiménez no es ajeno a lo que pasa, al contrario, es una persona bastante observadora. Sabe que Esteban está de novio con el hermano de Mia, pero no logra comprender muy bien porque a la chica no le agrada la idea. Al principio creyó que fue por temas de ética profesional, pero Francisco no trabaja en la clínica, entonces eso no influye en nada en lo laboral.

— He notado algo —, comenta el mayor, captando nuevamente la atención de su interna. — Me parece que no te agrada mucho el doctor Kukuriczka.

Mia mira a su tutor por unos segundos y asiente con la cabeza, confirmando las palabras del doctor.

— ¿Puedo saber por qué? Cuando llegaste como interna te morías para que el fuera tu tutor....

Mia baja la cabeza, observando nuevamente a su padre. — Me enteré de cosas...

De repente, una lamparita se enciende en la cabeza del doctor.

— ¿Te enteraste del asesinato? —, la cabeza de Mia se levanta de golpe, sus expresiones muestran pánico y sorpresa al mismo tiempo.

— ¿Como lo sabe?

El doctor Jiménez suelta una risa sin gracia. — Trabajo aquí desde que Esteban era un nene. Conocí a su madre y estuve ahí el día que vinieron a buscar a Eduardo por el asesinato de ella —, el doctor explica. — Podría contarte lo qué pasó ese día con detalle, pero no viene al caso...

— ¿Aún sabiendo todo esto sigue trabajando para ese hombre? —, Mia se ve decepcionada por él, pero al doctor no le importa mucho. Él tuvo sus razones para quedarse y no se arrepiente de nada.