capítulo catorce: babe

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"Yo también te quiero un montón, Esteban Kukuriczka."

La voz de Francisco se repite en la cabeza de Esteban por lo que resta del fin de semana y el médico no sabe que hacer con todo lo que está sintiendo. No logra comprender si su corazón acelerado significa amor o ansiedad. Sabe que se está enamorando, pero, ¿es normal sentir miedo cuando se está enamorado?

Enzo y Felipe están sentados en su escritorio mientras él mira por la ventana de su oficina.

— Déjame ver si entendí bien... ¿estás así de ansioso porque le dijiste "te quiero a Francisco" —, Enzo pregunta y Esteban asiente con la cabeza sin voltear a verlo. — ¿Y qué hay de malo en eso? Tipo, ¿Francisco se rió en tu cara u otra cosa?

Esteban vuelve a negar con la cabeza. — Me dijo que él también me quiere —, su voz tiembla un poco y eso lo hace sentir un poco tonto.

— Entonces no veo lo malo, Esteban.

— Bueno, igual hay que entender que en lenguaje de Esteban, un "te quiero" es una palabra fuerte. Los dos sabemos de donde viene el chico, la última vez que escuchó un "te quiero" en su familia fue cuando nació y ni siquiera puede recordarlo porque los bebés no guardan recuerdos... —, si bien lo que dijo Felipe fue medio desubicado, no se equivoca del todo.

— Entiendo, pero, querer no es nada malo —, Enzo reflexiona. — ¿Qué hay más bonito que el cariño mutuo?

Felipe rueda los ojos ante las palabras de su amigo. — Dios... deja de ver películas románticas.

— Ustedes no entienden —, Esteban habla antes de que los otros dos comiencen una pelea sin sentido sobre cine. — Yo fui el primero en decirlo, me salió a mi, del corazón...

— ¿Y...?

— Y no está bien —, contesta Esteban. — Odio sentir que lo quiero, me da miedo y me incomoda pensar en el solo hecho de poder sentir algo hacia él... no me gusta, no quiero enamorarme de él.

— Ahora entiendo porque no contestas mis mensajes —, otra voz aparece en la escena del crimen y cuando los amigos voltean a la entrada de la oficina se encuentran a Francisco mirándolos. — Perdón por provocarte este sentimiento tan molesto.

En los pocos segundos que Francisco permanece en la oficina, Esteban pudo percatarse de que Francisco estaba al borde del llanto. Cuando Francisco sale corriendo de la oficina, Esteban quiere seguirlo, pero Felipe lo detiene.

— Felipe, suéltame.

Felipe niega con la cabeza. — ¿Para qué quieres que te suelte? —, Esteban no responde. — ¿Para cagarla más? Déjalo solo, Esteban, al menos hasta que aclares tus sentimientos y sepas que decirle.

— Esteban... —, ahora es Enzo quien le habla. — Los dos sabemos que Felipe tiene razón. No puedes seguir con ese juego que llevas con Francisco, al menos hasta que sepas bien que paso tomar.

Esteban suspira frustrado y se deshace del agarre de su amigo para poder cubrir su cara y llorar. Felipe y Enzo lo acurrucan en silencio.

🫀

Son cerca de las tres de la mañana cuando Esteban toca su apartamento. Por primera vez no siente el cansancio físico de su trabajo, sino que el cansancio físico de su mente y su corazón. No es capaz de explicar como pudo terminar su jornada laboral cuando su cabeza estuvo todo el tiempo pensando en Francisco y en nada más que Francisco.

Toma una libreta que suele dejar en su mesa de noche, donde anota fechas importantes y entre otras cosas que no puede olvidar. La libreta le trae recuerdos a su madre, quien tenía un diario de vida, "aquí es donde dejo hablar a mi alma, hijo".

love me right | esteban x francisco. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora