capítulo cuarenta: but daddy i love him

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Cada vez que Esteban entra a la casa de su padre siente un fuerte escalofrío recorrer su cuerpo.

Su hermana camina en silencio a su lado, y aunque no lo diga, Esteban sabe que al igual que él, su hermana cree que el pasillo hacia el comedor nunca se había hecho más largo. Su mano se estira lentamente para tomar la mano de Claudia y darle un pequeño apretón, esperando que su hermana entienda con ese gesto que él está ahí para ella. No se atreve a soltar ninguna palabra, ya que tiene miedo de que su temor salga a la luz.

— ¡Claudia, Esteban! Hasta que llegan —, Claudia y Esteban comparten una mirada antes de saludar a Julia, hay algo raro en la manera en la que su madrastra los recibe. — Siéntense, la comida va a estar lista en unos cuantos minutos. Eduardo y Martina ya bajan.

Claudia y Esteban obedecen las órdenes de su madrastra y toman sus manos por debajo de la mesa.

El momento se vuelve aún más extraño cuando en la mesa, ninguno de los tres habla. Normalmente Julia no suele callarse, contándoles sobre el "cuento de hadas" en el que vive con su padre.

Su padre y Martina entran al comedor y el ambiente se vuelve más tenso, y esta vez, no son sólo Claudia y Esteban los que sienten tal tensión en el aire.

— Me sorprendió que hayan venido a comer con nosotros, usualmente tengo que rogarles para que pongan un pie en esta casa —, comenta Eduardo mientras una de las empleadas le sirve el plato de comida.

— Hemos estado ocupados, lo siento —, es lo único que logra salir de la boca de Esteban. Su padre sólo rueda los ojos, omitiendo responderle a su hijo.

— Y cuéntame, Claudia. ¿Sigues saliendo con ese muerto de hambre? —, Eduardo pregunta indiferente a las reacciones de las demás personas en la mesa.

Claudia traga saliva. — No es un muerto de hambre, papá —, lo defiende, pero esta vez no con la misma fuerza y valentía que suele hacerlo.

Esteban tiene un mal presentimiento...

🫀

Francisco se siente perdido cuando va a la clínica y Esteban no se encuentra ahí. Su rutina se basa en ver a su padre y luego encerrarse en la oficina de su novio a distraerlo hasta que este de muy buena manera lo termina echando.

Sus pies divagan por los pasillos de la clínica, esperando al menos poder encontrarse con su hermana o con Enzo y Felipe, pero no tiene suerte.

— ¡Fran! —, una voz se acerca a lo lejos y cuando Fran voltea a ver de quien se trata, se encuentra con los ojos preocupados de Daniel caminado hacia él — Dios, por fin encuentro a alguien.

La voz de Daniel es temblorosa y Francisco comienza a preocuparse un poco.

— Daniel, ¿qué pasa?

— Le he escrito miles de mensajes a Claudia preguntándole cómo va la comida y no me contesta. ¿Has hablado con Esteban?

Francisco niega con la cabeza. — O sea, me avisó cuando llegaron a la casa de su padre, pero después de eso no hemos hablado —, el ojiverde responde y se asusta un poco ante el repentino gruñido de frustración de Daniel. — ¿Quieres hablar?

Daniel asiente levemente con la cabeza y Francisco posa la mano en su espalda para poder guiarlo hacia la cafetería. Daniel es el único en sentarse, ya que Francisco se ofrece a cómprale algo para comer primero.

Fran: Sé que quizás estén muy ocupados como para contestar el teléfono, pero tengo a Daniel a punto de tener una crisis de pánico, una pequeña actualización nos haría bien.

love me right | esteban x francisco. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora