capítulo veintiocho: the great war

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Francisco se deja caer en una de las sillas del balcón, acompañado de una gran taza de café. Observa los autos pasar por la calle mientras disfruta del viento helado rozar su cuerpo. Aprovecha de la soledad para meditar un poco, para entender y procesar todo lo que ha pasado este último mes: desde la pelea con su mamá hasta la noche maravillosa que vivió ayer con Esteban.

El anillo que le hizo Esteban la noche anterior sigue en su dedo anular, está un poco aplastado, ya que no se lo quiso quitar ni siquiera para dormir. Esteban le prometió hacerle otro, pero Francisco no quiso, este que tiene ahora es especial y piensa usarlo hasta que ya no quede color en el papel.

Hablando de Esteban, el mayor duerme plácidamente en el cuarto. Francisco no quiso despertarlo, cuando lo vio dormir, tan relajado, el menor pensó que lo mejor era que Esteban también pudiera descansar un poco más. Había sido tan maravilloso el día anterior, que sería injusto que él lo despertara.

Matías: ¿Nos vemos en la supercita hoy?

Francisco suelta una risa, sabe que el grupo de amigos que habían conformado ya estaba medio cansado con el tema de la supercita, pues todos habían estado recibiendo mensajes de Felipe toda la semana para confirmar asistencia. A Francisco le da ternura ver que Felipe realmente se está esforzando mucho para poder tener una oportunidad con Blas y también le emociona un poco pensar todo lo que significa arreglarse y ponerse un poco más bonito, para salir con tu novio y amigos a pasarla bien.

Francisco: Si no vamos, Felipe es capaz de matar a Esteban.

El timbre del apartamento de Esteban suena y Francisco suspira un poco frustrado, le parece increíble que Esteban y él nunca puedan estar solos por más de veinticuatro horas.

Se levanta con un poco de flojera y camina despacio hacia la puerta, esperando que el o la visitante se canse de esperar y se vaya, pero como respuesta sólo recibe otro sonido de timbre.

Al otro lado de la puerta hay una chica que ya había visto antes; la mujer es un poco más baja con él, con cabello castaño corto y unos hermosos ojos color café al igual que los de Esteban, es Claudia Kukuriczka, la perfecta copia de Esteban Kukuriczka.

— Oh, disculpa. Pensé que este era el apartamento de mi hermano pero parece que me equivoqué —, Claudia rasca su nuca avergonzada, con una sonrisa tímida. Francisco sonríe al ver que hace lo mismo que Esteban cuando está nervioso. — ¿Sabes donde puedo encontrar el apartamento de Esteban Kukuriczka?

Francisco sonríe. — Esteban vive aquí. Está dormido —, responde con suavidad. Algo en Claudia hace que quiera protegerla y cuidarla como si fuera Mia. — Soy Fran, Francisco Romero, su novio.

Es imposible no reconocer la sorpresa en la cara de Claudia y eso hace que Francisco se de cuenta de algo muy importante; Esteban no le ha contado sobre él.

— Es un gusto conocerte, Fran —, Claudia no tarda en volver a tomar la compostura y sonreírle a Fran amigablemente. — ¿Te molesta si paso? No quiero interrumpir.

— No, no, claro que no molestas —, Francisco se hace a un lado y Claudia le agradece antes de entrar al apartamento. — Esteban está durmiendo todavía, si quieres le voy a despertar.

Claudia mira por el pasillo que da al cuarto de Esteban pensativa y niega con la cabeza para luego volver a mirar a Francisco.

— ¿Te parece si nos tomamos un café hasta que despierte?

🫀

El teléfono de Esteban suena cinco veces hasta que el médico se da por vencido y se despierta para contestarle. Gruñe al ver que se trata de Felipe.

love me right | esteban x francisco. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora