capítulo diez: labyrinth

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Francisco siempre ha sido una persona bastante sensata con sus sentimientos, desde muy pequeño sus padres le enseñaron a él y a sus hermanas a canalizar sus sentimientos y pensamientos. Sin embargo, desde que besó a Esteban no ha podido entender ni a su corazón, ni a su cabeza.

Esteban era todo un enigma para él. El médico siempre muestra un semblante serio y distante, pero al mismo tiempo sus ojos ruegan un abrazo. Se nota de lejos que no es muy familiar con el contacto físico, pero Dios, cuando lo agarró por la cintura el día en que se besaron, Francisco podría jurar que son las manos más cálidas y cómodas que ha sentido en su vida. Esteban también disfruta mucho el silencio, pero al mismo tiempo le gusta mucho escuchar a la gente.

— Eres todo un dilema, Esteban Kukuriczka —, dice mientras termina de acomodar su ropa frente al espejo de su baño. Toma un largo suspiro antes de salir del baño, pues sabe que Mia lo espera en la sala con todo un cuestionario para él.

La sala está impregnada con un delicioso olor a café. Fran sonríe al ver que en la mesa frente al sofá, reposan dos tazas de café acompañadas de un plato lleno de galletas.

— Te tardaste —, Mia le comenta mientras Francisco toma asiento al lado suyo en el sofá.

Francisco le da una probada a su café antes de empezar a hablar. — Lo siento mucho, tenía mucho frío —, se excusa y le da otro sorbo a su café. Mia lo mira atentamente, analizando cada una de sus expresiones. — Dios, Mia. Haz las preguntas y ya.

— ¿Por qué no me dijiste que salías con mi jefe?

— Porque no salgo con tu jefe —, Fran responde con simpleza y estira su mano para sacar una galleta del plato. — Todo fue un malentendido. ¿El beso? Yo le robé el beso porque vi a Lucas y mi cabeza solo pensó en sacarle celos. ¿El tema del estacionamiento? Lo invité a un picnic para pedirle disculpas y justo nos pilló la lluvia. Fin.

Mia se queda en silencio y Fran sabe muy bien que su hermana menor está pensando muy bien sus siguientes palabras.

— Está bien, te creo —, Fran no responde porque sabe que se viene un "pero". — Pero te conozco bien, Fran. Vi como lo mirabas, mi jefe te gusta.

Fran niega de inmediato. — No me gusta —, Fran se detiene un momento, ni el pudo creerse sus propias palabras. — No sé si me gusta.

— ¿A que te refieres?

Francisco suspira. — Hoy en el picnic, se supone que lo haría todo sobre él, así se daba cuenta de que en serio lo sentía, pero él no me dejó. Simplemente se sentó ahí a escucharme hablar todo el tiempo, y él realmente me escuchaba, Mia, no estaba ahí sentando fingiendo hacerlo, pude notarlo.

Mientras estaba con Lucas, Fran nunca tuvo mucho tiempo para hablar de sí mismo. Lucas era el que podía hablar de su carrera, porque era la menos infantil. Lucas era el que ponía la música, porque Fran solo escucha tonterías que estaban de moda. Cuando Fran hablaba de él, Lucas solo fingía escucharlo, y después de un tiempo, ni siquiera se esforzaba en hacerlo, simplemente le decía "no me interesa, Francisco".

— Esteban es... raro —, Fran reflexiona en voz alta y Mia se acomoda en el sofá, haciéndole una seña para que prosiga con sus pensamientos. — Es un buen tipo, ¿sabes? Pero al mismo tiempo hay un lado oscuro en él que me da miedo descubrir. Quizás por eso me quedé más tiempo con Lucas, con él conocí la oscuridad de inmediato, no había nada más que me podía asustar.

— ¿Lado oscuro?

— Hay algo que sus ojos ocultan y no puedo descifrar que es. Hoy solo pude saber una cosa de él y es que su madre le leía cuentos hasta que su padre se lo prohibió. ¿Sabes como lo contó? Como si fuera la cosa más normal del mundo. ¿Que tipo de hombre encuentra eso normal? —, la voz de Francisco empieza a entrecortarse un poco más y Mia cambia su posición en el sofá para que su hermano pueda apoyar su cabeza en sus piernas. — Pero luego, ambos nos tomamos las manos para ir corriendo a su auto y él me sonrió como si fuera la octava maravilla del mundo y mi corazón se revoloteó como loco.

love me right | esteban x francisco. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora