Capítulo 11. El primer encuentro

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Hua Cheng sintió que su cuerpo temblaba al sentir ese cálido aliento cerca de su oído, pero sabía que no debía demostrar ninguna debilidad ante Jun Wu, por lo que se mantuvo lo más firme posible, defendiéndose con lo que sabía manejar mejor, su tranquilidad al hablar como si fuera indiferente a la situación.

— ¿Qué haré? Negarme. No me gustas en lo más mínimo como para tener una aventura.

El mayor rio oscuramente por esas palabras, acercándolo más a su cuerpo mientras paseaba la punta de su lengua por el contorno de la oreja ajena.

— ¿Aventura? Eso es de una sola noche, lo que te estoy ordenando es que estarás para mi cuando se me plazca.

El azabache llevó sus codos hacia atrás intentando liberarse de su captor, no quería que los ojos obsidiana notaran lo mucho que lo excitaba ese juego de poder.

— ¡Jajajaja! Ahora si te volviste loco, si tanto quieres follarte a un hombre, hazlo con el médico ese.

Intentaba no sonar afectado, pero la bilis que se desataba por sus celos era demasiado evidente, algo que animó a Jun Wu a cargar al joven por la cintura y aventarlo contra el gran ventanal de su oficina.

Hua Cheng tragó saliva con dificultad al sentir la parte frontal de su cuerpo golpeando aquel macizo vidrio que no se inmutó ante la fuerza que el empresario había ejercido. La diestra de Jun Wu se enredó en los mechones oscuros y tiró de ellos hacia atrás para obligar al más joven a alzar el rostro donde sus miradas se encontraron.

— Tu fuiste el que hizo la oferta, no yo. Ten palabra, Xueyu Tanhua. Al fin, solo soy un juego para ti, para pasar el rato...

El farmacéutico también intentó no imprimir en sus palabras lo mucho que le afectaba saberse un momento para el pianista, así que se quedaron mirando por largos minutos con la capa gélida de la distancia actuada. Pero ambos lo sabían por más que lo negaran, sus cuerpos hervían al estar cerca, a pesar de que constantemente pelearan por ver quién podía someter al otro solo con palabras inteligentes y provocaciones cada vez más intensas.

El primero en actuar fue el azabache, se revolvió nuevamente para intentar zafarse de la jaula que lo tenía aprisionado entre la visión de la ciudad y el calor abrasante de Jun Wu, pero lo detuvo en seco su captor al acercar totalmente su pelvis para hacerle sentir la erección que iba despertando en él por la forma en que se intentaba resistir.

— Eres tan obstinado, que me irritas...

— ¡Entonces suéltame de una maldita vez!

El mayor volvió a moverse dando lentas pero profundas "estocadas" sobre la ropa de Hua Cheng, a quien no le quedó más que gemir muy a su pesar por lo excitado que se encontraba por el encuentro. Sintió que soltaban su cabello para después capturar sus muñecas e inmovilizar sus movimientos contra la barrera transparente además de percibir el escozor de los dientes ajenos clavándose en la parte posterior de su cuello, cerró sus ojos fuertemente, no debía pensar en aquel hombre, pero lo único que vino a su mente fue la manera en que él mismo se había tocado recordándolo y eso lo molestó más.

— Me deseas, Hua... Es notorio...

La diestra de Jun Wu bajó para recorrer el contorno del cuerpo más joven, deleitándose con las curvas que marcaban la figura del azabache. No podía negarlo, las actitudes de Xueyu Tanhua eran aún más adictivas que las de cualquier mujer con la que hubiera estado, lo que solo provocaba que aumentara la intensidad con la que lo exploraba hasta llegar al miembro que despertaba ante él.

— Tú me quieres lejos, pero tu cuerpo no... ¿Acaso nadie te ha tomado como mereces?

Un jadeo derrotado salió de los labios del retenido, por más que se obligaba a que no se mostrara su deseo, sabía que era imposible si unos dedos largos recorrían el bulto que se apretaba contra su pantalón y lo provocaban aún más.

JunHua. La melodía que envuelve el misterioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora