Capítulo 18. Una reunión impensable

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He Xuan odiaba que lo interrumpieran en sus momentos de soledad, era una persona que disfrutaba simplemente sentarse frente al televisor mientras comía un buen festín, para después tocar un rato la guitarra y al fin poder dormir, más cuando estaba lejos de Hua Cheng, sin tener que estar al pendiente de sus necesidades médicas.

A pesar de que eso se repetía una y otra vez, la realidad es que le preocupaba en demasía el otro, fue así como terminó siendo su asistente personal, aunque debió ser a la inversa por la historia que los rodeaba, pero él mismo reconocía la fuerza de Xueyu Tanhua y no podía evitar sentir una admiración secreta por él.

Así que, cuando sonó su teléfono con la melodía favorita que tenía del pianista, respondió casi al instante, iba a mencionar algún comentario ácido como siempre, pero la voz afectada de Hua Cheng lo dejó mudo. Reconocía perfectamente cuando el azabache se estaba derrumbando, algo que no había pasado desde que habían cometido la tortura más extensa dentro del orfanato que los había visto crecer de diferente manera.

En cuanto observó en su pantalla la ubicación del otro, tomó las llaves de la motocicleta que adoraba el músico y salió en su búsqueda, un automóvil hubiera sido una terrible elección con el tráfico que podía esquivar con el vehículo de dos ruedas, conduciendo de manera endemoniada para llegar lo antes posible. Solo hasta que vislumbró la silueta de Hua Cheng fue que He Xuan disminuyó la presión en sus dedos, pero su expresión se mantuvo estoica mientras notaba que el otro se abrazaba a sí mismo en esa marcha desolada con pies descalzos.

Casi siempre permanecía ajeno a los demás, pero en ese momento, los ojos dorados se encendieron con una furia incontrolable contra Jun Wu, contra Hua Cheng y contra las emociones que le había advertido al azabache que debía frenar. He Xuan bajó de la motocicleta para ponerle el casco en la cabeza a su jefe y lo tomó de la mano para guiarlo al medio de transporte que lo llevaría a casa.

Justo cuando tomó el mando del vehículo motorizado, fue que vio a alguien acercándose con paso rápido, era aquel farmacéutico a quien le mostró el dedo medio antes de arrancar, sintiendo los brazos del pianista alrededor de su cuerpo. Sabía que los ojos carmesíes no habían notado a Jun Wu, así que se alejó a toda velocidad antes de que pudieran encontrarse.

— Sostente bien, ya estoy aquí.

El agarre tembloroso de Hua Cheng era notorio, solo descansando en la espalda ajena, susurrando muy por lo bajo, dejando con la duda a He Xuan si el otro estaba llorando, como hace muchos años no lo hacía.

— Maldita sea... Creo que me estoy enamorando...

— Lo sé, pero no olvides que eres Xueyu Tanhua, tú mismo puedes detener eso.

Las obsidianas solo se quedaron fijas en el lugar donde se estaba alejando el músico con su asistente, Jun Wu sentía tantas emociones en ese momento que solo apretó sus puños con fuerza.

Cuando había visto que el más joven no estaba en donde lo había dejado, por un momento creyó que lo estaría esperando en algún lugar de la casa con su coquetería habitual; en el momento que no lo halló en ningún rincón, se quedó mirando la pantalla de su celular con esa notificación que lo había derrumbado todo, así que tomó la determinación de ir por el pianista, no debería estar lejos, pero una llamada evitó que tomara acción rápida.

En el momento que sonó la voz de Mei Nian Qing al otro lado del celular, Jun Wu se preguntaba por qué había respondido si tenía que alcanzar primero a Hua Cheng, pero no quiso cavilar mucho en eso, no podría ir lejos sin ningún automóvil a su disposición.

— Jun, ¿dónde has estado? Te he intentado localizar todo el día.

— Necesitaba un tiempo alejado de todo, lo siento. ¿Qué sucede?

JunHua. La melodía que envuelve el misterioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora