—Debes usar delantal—Chifuyu le entrego unos papeles—, debes estar aquí en la hora que dice, no después, Takemichi.
—¡De acuerdo! —no podía ocultar su emoción. Después de meses por fin tendría un trabajo normal.
—Empiezas mañana—Kazutora le sonrió desde la puerta de la derecha—, nos vemos, Takemichi.
—Claro, muchas gracias a ambos y díganle a Baji también—comenzó a caminar de retroceso—, no sé cómo agradecerles.
Se apuro a salir antes de llorar de nuevo en ese sitio, camino por las aceras con bastante calma, mirando los papeles, pero sin leerlos aún. Quería revisar bien los horarios con Mikey y saber que pensara. Llego a su edificio, subió con pereza por las escaleras hasta su cuarto piso. Fue a su apartamento y abrió no encontrándolo en la sala.
—Mikey—hablo algo despacio yendo a la habitación. Seguía dormido, dándole la espalda a la puerta y estando en posición fetal.
Suspiro y sus ojos brillaron. Camino hasta su cama y se acostó con cuidado para envolverlo en un abrazo haciendo que despierte. Sus negros ojos vieron la luz colándose por la ventana y lo hizo reaccionar.
—Buenos días—su voz sonó algo grave—, lo siento... me quede dormido cuando te fuiste.
—No importa—se acercó más besando su mejilla y luego sentándose—. Me dieron los horarios, quiero verlos contigo.
—¿Por qué? —no comprendía si serian de él.
—Bueno... ambos debemos estar de acuerdo—tomo los papeles de la mesita y los puso sobre el colchón. Mikey se apoyo con sus codos para empezar a ponerle atención.
Takemichi comenzó a leer, todo parecía estar en orden. Mikey le observaba pestañeando despacio. Había silencio, pero estaban tan acostumbrados que simplemente aguardaban las palabras solas.
—Lunes por la mañana, martes en la tarde—comenzó en orden—, jueves después del mediodía y viernes solo por la noche. Los fines de semana son libres y tendré el mismo sueldo que en mi antiguo trabajo—sonrió con esperanzas.
—También los miércoles estarás aquí—parecía entusiasmado—, me gusta, Takemitchy, ¿a ti?
—Igual—suspiro y le dio su atención a Mikey—. Podremos ahorrar, te comprare muchos postres también, pero...
—¿Nos iremos de aquí? —se acercó a su rostro.
—Cuando juntemos lo necesario, cariño—lo beso suavemente. Aparto los horarios y volvió a tirarse a descansar junto a Mikey.
Siempre buscaba dormir escuchando el latir de su corazón, Mikey amaba ese sonido tan relajante. Takemichi se había dado cuenta de ello así que solo lo abrazaba uniéndolo más. Era su último domingo totalmente libre y aunque debía hacer la comida lo abrazaría las próximas horas.
Comieron tarde, vieron películas en la sala y durmieron hasta la medianoche cuando el ojiazul cargo a un dormido Mikey. Lo acomodaba hasta que sus ojos cayeron a su amputación, estaba curada, pero la seguía vendando para evitar verla tanto. Durmió unas cuantas horas luego de haber estado llorando.
—Media hora—Mikey despertó viendo la poca luz solar entre las cortinas—, media hora, media hora—escucho repetir desde la cocina. Su pecho se oprimió.
Quiso ir a verlo. Se puso en pie y caminando lento llego a la sala notando a Takemichi correr de un lado a otro. Se sentó en el sofá observándolo. A pesar de ser gracioso le daba ternura.
—Buenos días, amor—paso al frente tomándolo de las mejillas para besarlo y luego correr de nuevo—, debiste avisarme que te ibas a levantar.
—Cálmate, Takemitchy—se abrazó a si mismo—, no es muy tarde.
—No, pero quiero mostrar que lo hare bien—volvió a la cocina—. Suponía que te levantarías más tarde, pero tu desayuno ya está, vendré justo a tiempo para el almuerzo y—volvió a la sala. Se arrodillo frente a este y sus facciones se suavizaron—, no entres en pánico, llámame si pasa algo, no te levantes mucho, cuídate porque eres mi todo y te amo, Mikey.
Beso su frente y luego sus labios. Tomo su mochila y salió con prisa. Mikey bajo los hombros y lo único que le quedaría fuera esperarlo, tan solo eran unas horas. Esperaba pasaran de prisa.
Takemichi llego a donde empezaría su única esperanza en dinero.
—Buenos días—Kazutora llego por sus espaldas—, bienvenido a tu nuevo empleo, Takemichi—saco sus llaves abriendo la cerradura.
Entrando fue directo a su trabajo asignado, observo a los felinos y comenzó a rellenar sus platos de comida según sus edades. Lo había memorizado todo según sus ahora jefes le habían indicado.
—Parece que lo tomas muy enserio.
—Hola, Baji—lo miro sosteniendo a un pequeño gato blanco—. Me agrada trabajar así, espero hacerlo tan bien como tú.
—Lo harás—camino a Kazutora dándole un beso de despedida. Chifuyu aún no llegaba. Siguió con su trabajo, realmente no aparentaba ser en exceso pesado.
Descubrió que Chifuyu era el gerente, toda la tienda era de Baji y Kazutora era socio y supervisor. Estaban muy organizados para ser solo tres personas. Escuchando maullidos podía ver a varios clientes llegar, comprar comida, adoptar cachorros y demás cosas.
Su hora de comida decidió hacerla afuera, comprando cualquier cosa que encontrara primero y guardando dinero para los taiyakis de Mikey. No se engañaría, estaba preocupado por él así que cuando su primer día acabo corrió de regreso a casa.
Abrió con cuidado encontrándolo en el sofá viendo al techo y perdido en sus pensamientos, sonrió aliviado, no había nada extraño. Mikey reacciono y se incorporo intentando disimular algo que no supo.
—¿Cómo te fue? —preguntaron a la vez y luego soltaron una risa. Takemichi se sentó junto a él dándole la bolsa de papel que fue recibida de inmediato.
—Me cai una vez—admitió mostrando su brazo—, no fue nada, me quedara un morete.
—Mikey—le miro con cuidado—, cuando me paguen pondré alfombra, lo prometo.
—No importa, mejor dime, ¿Cómo te fue?
—Pues, me gusta cuidar gatitos—dejo ver su sonrisa—son lindos, Kazutora y Chifuyu se portaron bien conmigo.
—Me alegro mucho—lo tomo por sus mejillas—, quisiera poder trabajar también.
—No, Mikey. Yo me encargare por ahora—beso su mejilla.
Por la tarde cocinando la cena, Mikey le ayudo con mucho, aunque con solo una mano se tardaba el doble a Takemichi le daba igual. Cuando las luces de la sala se apagaron por la noche se prendió el televisor.
Su cita de película de vez en cuando. Takemichi reía mirando cada escena de comedia mientras Mikey lo miraba a él con un nudo en su garganta, abrazado de una almohada oculto entre el rincón del brazo del sofá sin prestar atención al frente. Había escapado de los brazos de Takemichi con la excusa de poder quedarse dormido.
Solo quería llorar. Anhelaba sentirse como antes del accidente. Sus lágrimas bajaron finalmente opacándole la mirada, pero seguía clavada en su rostro.
—No vayas a verme—apenas hablo lo más bajo que pudo—, no me veas así.
Abrazo la almohada con más fuerzas evitando moverse por sus sollozos. Takemichi aumentaba sus risas y Mikey sus lloriqueos que fueron opacados por los maullidos de los gatos que rondaban por sus ventanas en sus balcones.
Quizás se quedo dormido realmente porque cuando volvió a abrir sus ojos la televisión seguía encendida y Takemichi dormía sobre su almohada recostado al otro lado y sus mejillas totalmente húmedas.
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Preparen sus pañuelos :') porque a partir de aquí empieza la razón por la que este fic lleva la etiqueta de "angst" y creamne que ya llore escribiendo esto...También vayan preparando sus teorías, también espero sus opiniones. Me gusta leer comentarios. Nos leemos pronto :3
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Mikey tiene miedo | Maitake/Takemikey [Terminado]
RandomHistoria localizada en la última línea temporal. Personajes mayores de veinticuatro años de edad. Mikey y Takemichi eran felices. Lo tenían todo, no había nada imposible para ellos. Estaban juntos, fueron amigos y se dieron cuenta que también estab...