Epílogo

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Trece meses desde que los minimos habían sido adoptados por Kazutora, le recordaban tanto a sus amigos que prefirió mudarse a ese apartamento solo, ya no tenía comunicación con sus ex parejas. Lo último que supo es que Chifuyu intentó quitarse la vida por cuarta vez y Baji seguía con su tienda de mascotas. El timbre sonó apresurándose a abrir.

—Creí que no vendrías—se hizo a un lado dejándolo pasar—, bienvenido.

—Gracias, Tora—arrastró su maleta—. Este lugar es tan diferente sin Takemichi... ¿no?

—Lo es—cerró la puerta—, conserve los gatos—señalo al sofá—, llámame loco, pero me recuerdan a los que les íbamos a regalar para su boda.

—Sobre eso, ¿te has comunicado con alguno?

—No. Es inútil ya hacerlo, al menos quizás sea amigo de Baji, pero Chifuyu...

—Supe que lo volverán a internar—asintió—. Lo despidieron de su trabajo y su vida se esta yendo a la mierda.

—Me alegro—se cruzo de brazos—, igual, puedes ir a dejar tu maleta a tu cuarto, luego hablamos del alquiler, Akkun.

—De acuerdo. También logré conseguir otras ventas en una página—se dirigió donde señalo Kazutora—. Luego seguimos hablando.

Realmente todo había cambiado. Fue su viejo, Akkun quien le conseguía los trabajos en línea a Takemichi, después de pasar años fuera del país era su forma de ayudarlo, aunque tuvo que regresar cuando se enteró de su muerte. Kazutora se mantenía en el apartamento pagando su alquiler y ahora rentaría un cuarto para ganar un extra.

Draken no se sintió capaz de seguir con el taller y terminó por buscar oportunidades en otro lugar. Inupi se quedó con este luego de que Koko rompiera con él al confesarle que intentó insinuársele a Takemichi en una situación tan frágil, no lo culpaba por dejarlo.

Baji siguió con su tienda posponiendo su sueño de ser veterinario. Chifuyu le rogó seguir ahí, pero fue echado de peor forma, literalmente a patadas sintiendo el karma encima. Rogaba al cielo perdón al punto de sentir que iba a enloquecer y nadie le intentó ayudar porque de haber tenido paciencia quizás Takemichi seguiría vivo.

El traje de boda de Mikey no quedo ahí, se fue junto al de Takemichi. Mitsuya lo pidió y ahora unía sus dos nombres en uno solo para conmemorarlos y nombrar así su próxima colección. Dejo de visitar a Draken y Hakkai lo apoyó en todo.

Todos sus caminos fueron diferentes esta vez.

Mikey y Takemichi, sin embargo, permanecían unidos más allá de lo entendible.

A ambos les gustaba mirar el atardecer a la orilla del río donde Mikey indirectamente lo llevo a su primera cita. Pedaleando en una bicicleta, creyendo que había encontrando a alguien que podría amarlo y no se equivocó en ello.

—¿Recuerdas cuando tuvimos nuestro primer beso aquí?

Takemichi estaba tan nervioso al solo sentir su mano rozando la suya, pero de alguna manera respiro hondo para tomarlo de su rostro y unirse en un beso tan torpe que fue inocente.

—Me gustas—confesó a sus actuales diecisiete.

—También me gustas, Takemitchy.

—También recuerdo que en la segunda cita nos descubrió Shinichiro.

Ambos intentaron besarse frente a la puerta de los Sano, se supone que era rápido, pero Mikey lo intensifico todo justo al momento que él salió.

—Ustedes dos vienen adentro—sentenció—¡Ahora!

—De acuerdo—dijeron a la vez. Fueron regañados, pero también apoyados.

La brisa sopló, tomaron sus manos mirándose a los ojos.

—Aquí practicamos los primeros votos, Mikey.

—Aún los recuerdo—se sentó a su lado—. Empieza tú.

—Yo, Takemichi Hanagaki prometo serte fiel desde ahora hasta el fin de la eternidad porque, se que ni la muerte podría separarme de Mikey, te amaré más allá de eso. Permaneceremos juntos aún así uno de los dos se adelante, seguiré esperándote, queriéndote, cuidando tu alma que esta unida a la mía.

—Yo, Manjiro Sano prometo serte fiel desde ahora y el resto de la eternidad porque, no importa si tú o yo somos separados por la muerte, estaremos juntos. Seguiré a tu lado cuidándote, queriéndote y esperando tu alma que esta unida a la mía.

Un beso sellando y confirmando su promesa fue dado al otro. Seguramente la historia se encargará de hablar de dos humanos que desafiaron a un posible dios, que sus almas pelearon por estar una al lado de la otra y que crearon su propio paraíso cuando volvieron a sentirse en totalidad.

Se hablará de Takemichi y Mikey cuando se quiera explicar el amor.

—Ya no quiero volver aquí, Mikey. Volvamos a casarnos en nuestro lugar.

—Aceptaría mil veces e igual ya estamos en paz.

Y lo siguiente que supieron fue que la tierra ya era lejana y estaban jurándose amor de nuevo en su sueño nunca cumplido en vida y que la muerte fue generosa en ese sentido.

Entre besos y recuerdos, caricias y deseos, entre rosas y margaritas Mikey y Takemichi se amarían, sin prejuicios, sin interferencias y sobre todo sin miedo porque Mikey no temía aceptar algo irremediable y Takemichi nunca temería a nadie. Serían cubiertos de felicidad y pétalos de flores para siempre. Takemichi lo abrazaba con felicidad eliminando los últimos rastros de miedo de Mikey.






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Y así acabó! Mikey y Takemichi lograron lo que querían, estar juntos en vida y muerte. 

De nuevo mil millones de gracias por haber leído este fanfic, me emocione mucho escribiendo cada capítulo, las pistas y luego despistarlos jajaja, pero sobre todo el amor maitake que pudo contra todo y todos :') 

Espero poder seguir leyéndolos por aquí, gente de wattpad, los amo mucho :D 

Pronto les contaré de un par de fics nuevos ;)

Mikey tiene miedo | Maitake/Takemikey  [Terminado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora