Dedicado a la persona que quería el final feliz para el maitake.
Murmullos y aromas extraños, realmente no le agradaban los hospitales, menos estar en el mismo que aquella vez. Bebía su cuarto café cargado, no pudo pegar un ojo en toda la noche desde que llevo a Takemichi ahí.
—Aquí están—Mitsuya corría por el pasillo viendo al pequeño grupo fuera de una habitación—¿Cómo sigue?
—Necesitó trasfusión de sangre—siguió tomando—, pero estaba algo alterado, no dejaba de gritar por Mikey.
—Era obvio—blanqueo sus ojos—. El acuerdo fue no decirle que solo era su cabeza mientras no pasará a mayores, pero parece que hiciste lo contrario, Chifuyu.
—Basta, no podía seguir un minuto más así—lo miro de malas mientras siguió con su bebida caliente—. Si quieres hablar con Takemichi te esperas, Kazutora lo esta haciendo entrar en razón.
—¿Kazutora?
—Por algún motivo, fue Tora quien logro hablarle sin que se alterara.
Escucho a Baji y se sentó a su lado. Había sido cierto, luego de insistirle al médico accedió a darle el expediente de Mikey junto a algunas fotografías que Kazutora guardaba en su celular y poco a poco se las iba mostrando.
Takemichi tan solo podía entender, pero su corazón se negaba rotundamente, seguía creyendo que cuando regresará, Mikey estaría en la puerta recibiéndolo, que lo abrazaría, que se besarían y luego dormirían hasta el siguiente mediodía.
—Cuando fue a cuidados intensivos, tú—miro sus iris azules nublarse por las lágrimas—, te mantuviste a su lado, ni un día te apartaste, Takemichi. Dormías ahí, comías ahí, no regresaste a casa y tus heridas fueron curadas a su lado.
—Mikey—seguía pronunciando su nombre apretando el peluche contra su pecho.
—Los últimos dos días fueron los peores, cuando Mikey... empezó a dar señales que ya no soportaba más, tú seguiste a su lado—fue Kazutora quien lloro esta vez—, hablo contigo durante sus últimas horas, luego tú gritabas que prometió estar contigo, que él no estaba muerto, pero sus órganos no resistían más y lo siento tanto—sollozo no pudiendo seguir.
Takemichi nunca había tenido la mirada tan perdida, no podía aceptarlo, para él Mikey salió de ese lugar, llegaron a casa y se curaron juntos, pero ahora entendía mucho. Porque los gatos maullaban tanto, porque todos los días besaba su peluche antes de irse, porque la comida estaba intacta en el microondas, porque esa noche bailo con su traje hasta la sala soñando con lo que hubiera sido su boda.
—¿Mikey está bien?
—Sí, lo está, está muy bien—abrazó a Takemichi no queriendo negárselo, no podría seguir. Si era feliz en su falsa presencia lo dejaría. No intentaría más nada, si querían que lo culparan los demás, pero no tenía corazón para seguir recordándole la muerte del amor de su vida.
Cuando su semana en el hospital acabó fue enviado a casa, su apartamento seguía algo desordenado y vacío. Tiro el peluche al piso al sentir como era rodeado por su espalda, ahí seguía.
—Te estuve esperando, Takemitchy—lo abrazó tanto como podía.
—Sabía que estabas aquí—se giro para abrazarlo mejor, no lo podía evitar y no pensaba tomar una sola de las pastillas recetadas.
—¿Lo harás? —se separó mirándolo a los ojos—¿Seguro?
—Lo he estado evitando, Mikey, pero ya no más. Esta tarde lo buscaré.
—¿Puedes darle mis saludos?
Le asintió. Lo beso, lo sintió, no podía creer todo lo que le dijeron en el hospital, si podía sentir su piel un poco tibia, si podía contemplar sus ojos negros o acaso ¿Mikey nunca pudo cruzar sin su alma gemela?
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Mikey tiene miedo | Maitake/Takemikey [Terminado]
AléatoireHistoria localizada en la última línea temporal. Personajes mayores de veinticuatro años de edad. Mikey y Takemichi eran felices. Lo tenían todo, no había nada imposible para ellos. Estaban juntos, fueron amigos y se dieron cuenta que también estab...