Nuevos amigos

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El frío penetrante de las mazmorras se adentraba en la sala común de Slytherin, envolviendo cada rincón en una atmósfera gélida. Gianna se encontraba en su habitación, cambiándose para empezar su 1º día como alumna en Hogwarts.

—Gianna, ¿te encuentras bien?. —dijo Tracey mientras se acercaba a ella.

—Si, solo estoy un poco nerviosa por empezar. —dijo Gianna sin estar muy convencida.

—Oye si necesitas hablar cuenta conmigo, yo tampoco conocía a nadie la primera vez que llegué, se como te sientes. —continuó Tracey acariciándole el hombro.

—Gracias Tracey.

—Y sé que te preocupa haber quedado en esta casa, pero no todos somos iguales. Algunos solo valoramos la ambición y la astucia. —finalizó Tracey dándole una mirada reconfortante.

De las tres chicas, con Tracey había tenido más conexión, era muy parecida a Gianna y tenían muchas cosas en común.

Al bajar a la sala común, Gianna se encontró con un sofá vacío, pero su atención se centró en una figura de cabello platinado que estaba de espaldas a ella. Reconoció de inmediato la cabellera: era Draco Malfoy. No había tenido tiempo de pensar en él ni en su familia después de las emociones vividas el día anterior.

Draco, al darse cuenta de su presencia, se giró y le dedicó una sonrisa cínica.
—Rosier, menuda sorpresa . —siguió Draco con aquella sonrisa

—Hola Draco, parece que vamos a tener que compartir más cosas de las que me gustaría.

La tensión en el aire era palpable mientras ambos intercambiaban palabras, Pansy curiosa, se acercó. —¿Os conocéis?

Gianna asintió, consciente de que su presencia no solo generaría reacciones positivas. Draco Malfoy esbozó una sonrisa astuta antes de que Gianna pudiera responder.

—Oh, Pansy, los padres de Gianna y los míos comparten una historia bastante interesante. Resulta que los Rosier y los Malfoy fueron aliados en el pasado. Son una familia de sangre pura, aunque últimamente han estado...mezclando sus lealtades.

Gianna apretó los puños, resistiendo la necesidad de responder con igual arrogancia.

—Nuestros padres compartieron un pasado, pero no estamos aquí para repetir sus elecciones.

Draco, con su habitual arrogancia, añadió:
—Veremos cuánto puedes escapar de la sombra de tu apellido, Rosier.

Gianna respondió con determinación:
—No tengo intención de vivir a la sombra de nadie, Draco.

La tensión en la sala común de Slytherin se hizo palpable mientras Gianna y Draco intercambiaban miradas desafiantes, cada uno aferrándose a sus propias convicciones y lealtades familiares.

Después del tenso encuentro, Gianna se encontró rodeada por sus compañeras de habitación: Tracey, Pansy y Daphne. Sus miradas curiosas le indicaban que querían respuestas.

Pansy fue la primera en romper el silencio.

—¿Tus padres son William y Olivia Rosier?. —comentó con un tono con un poco de desagrado.

Gianna sintió el peso de la decisión sobre sus hombros. Por un lado, quería mantener su pasado en secreto para evitar juicios y conflictos innecesarios. Pero por otro lado, sabía que la verdad eventualmente saldría a la luz, y prefería que viniera de ella misma.
Gianna se mordió el labio, consciente de la delicadeza de la situación y asintió mirando el suelo.

Después de la revelación de Gianna sobre el pasado de sus padres, Pansy frunció el ceño ligeramente, mostrando su desaprobación.

—¿Cómo es que tus padres hayan cambiado tan drásticamente de lealtad?. Nuestra sangre siempre ha sido nuestra mayor fortaleza. —dijo Pansy con firmeza.

Sombras del azar | Theodore NottDonde viven las historias. Descúbrelo ahora