Sombras del azar | Theodore Nott

Halloween

En la mágica noche de Halloween, la tradición de Hogwarts dictaba que cada casa iniciara la fiesta en su propia sala común antes de unirse todos en el Gran Comedor. Slytherin vibraba con anticipación y las risas resonaban en la sala común. Gianna, ya vestida con su disfraz de leopardo, y Tracey, con su llamativo atuendo de lince, se encontraban frente al espejo dándose los últimos toques antes de bajar.

—Cuando Corner te vea se desmayará, Gigi. —dijo su amiga mientras se pintaba los labios.

Gianna le dio un codazo a su amiga mientras se reía. —Píntamelos a mi también, Trace. Ese gloss oscuro tiene que quedar bien con mi traje.

Ambas amigas se observaron en el espejo con complicidad. La emoción del evento y el misterio que envolvía la noche de Halloween las hacían sentirse vivas. La música distante y los murmullos de la fiesta ya comenzaban a filtrarse por las paredes de la sala común, invitándolas a sumergirse en la celebración.

—Bueno, señoritas, ¿están listas para robarse a todos los chicos esta noche? —dijo Blaise, apareciendo con su disfraz de jugador de rugby muggle.

—Estoy casada, Blaise. —dijo con ironía. —Pero Gianna los robará, no te preocupes.

—Vaya Gianna, ese disfraz te queda demasiado bien. Espero ser el 1º al que le concedas unos pasos de baile. —dijo mientras le ofrecía su brazo para integrarse con los demás Slytherin.

—Tú también te ves muy bien, Zabini. Seguro que a Luna le encantará tu disfraz. —esto hizo sonrojar a Blaise, algo que le pareció gracioso a Gia.

Mientras observaba la sala común, Gianna no pudo evitar notar que Blaise había logrado convencer a Draco y Theo para vestirse iguales. La visión de ambos en sus trajes de jugadores de rugby desencadenó una mezcla de sorpresa y diversión en ella.

Gianna, animada por la atmósfera festiva, decidió acercarse a Draco para bromear un poco.

—¿Quién lo diría, Malfoy? Vestido como un muggle. ¡Realmente has roto barreras hoy! —dijo Gianna, riendo mientras se acercaba.

Draco, con su tono indiferente y su sarcasmo característico, la miró con una ceja alzada.

—Rosier, siempre tan astuta. A veces, hasta yo me sorprendo. —respondió, con una sonrisa juguetona que apenas asomó en sus labios.

Gianna rió ante la respuesta de Draco. —Debo admitir que te queda bien el estilo muggle, aunque prefiero tus atuendos más elegantes de siempre.

Draco la miró con un brillo divertido en los ojos. —No todos pueden apreciar la versatilidad, Rosier. Pero, supongo que puedo hacer una excepción por esta noche.

Mientras Gianna seguía disfrutando de la noche, no puedo evitar fijarse en lo verdaderamente guapo que se veía Theodore con ese disfraz. La camiseta ceñida al torso hacía que se vieran demasiado bien sus brazos. Y no olvidar las dos rayas que habían decidido pintarse en la cara de color negro.

Sin embargo, Tracey, siempre alerta a los pensamientos de su amiga, se acercó con una sonrisa traviesa.

—¿Qué pasa, Gia? Te noto un poco distraída. ¿Quizás pensando en alguien en particular? —dijo Tracey, levantando una ceja con complicidad.

Gianna rió nerviosamente, intentando desviar sus pensamientos. —No sé de qué hablas, Trace. Solo estoy disfrutando del ambiente.

Tracey la miró con astucia. —Vamos, Gigi, te conozco demasiado bien. ¿Es Theo el que ronda por tus pensamientos? No puedo culparte, luce genial. Siempre he dicho que tiene ese aire misterioso y encantador, incluso en un simple disfraz muggle. ¿Necesitas que te limpie la baba?