PRÓLOGO

217 36 6
                                    



NamJoon

—¿Qué tal lo llevas? —Sentí la mano de YoonGi sobre el hombro y me giré para mirarlo a la

cara. Estaba hecho una mierda; no yo, sino él, pero el cabrón sonreía. Sus ojeras eran dos enormes manchas grises bajo los ojos, pero parecía que no cabía dentro de sus zapatos.

—Eso debería decírtelo yo a ti, tienes una cara de mierda.

—Tasha nos ha salido marchosa.

—Creí que era JiMin el que se encargaba de ella.

—No sabes lo gratificante que es dar un biberón a tu hija a las tres de la mañana, hasta que lo has hecho.

—Ya, disculpa si no me seduce la idea tanto como a ti.

—Sé lo que estás pensando, que me he vuelto blando.

—¿Blando? ¡No! Lo que creo es que esa pequeña te tiene pillado por las pelotas.

—Nah, esas son de su madre. Y están bien ahí.

—Me das miedo.

—Hablando de negocios. He oído rumores que dicen que has dejado un poco de lado el bufete de abogados.

—Funciona bien sin mí. Por si lo has olvidado: la familia es mi único cliente y ahora la cosa está un poco tranquila.

—Sí, pero no lo digas muy alto. Quiero que siga así un par de años, o hasta que Tasha duerma seis o siete horas seguidas del tirón.

—Es una mierda ir a trabajar con sueño.

—Lo he hecho muchas veces, ese no es el problema.

—Ya, eso era antes. Ahora te estás haciendo viejo.

—Tú eres el mayor; cuatro años, ¿recuerdas?

—Tres, pero yo no estoy tan cascado como tú.

—Eso es porque tú te has vuelto uno de esos estirados de traje.

—¿Estirado?

—¿Cuánto hace que no sales de copas? ¿O qué te metes en una pelea de bar? Ah, lo olvidaba, tú nunca te metías en jaleos.

—Lo hice igual que todos, es solo que fui más discreto.

—Sí, discreto.

—Yo tuve el mismo rodaje que cualquier Min.

—Sí, el siglo pasado.

—¡Eh! Chicos, a comer.

—Genial, salvado por la comida.

Estaba a punto de agarrar a YoonGi por el cuello para demostrarle que aún seguía teniendo sangre Min en las venas y, sobre todo, que aún hacía uso de ella. ¿Viejo? Yo no era viejo, estaba en lo mejor de la vida... y sin embargo tenía menos vida que mi padre. Sí, era patético. Tenía que hacer algo.

Min's Family (NJ) 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora