SeokJin
Au, me dolía todo. Me sentía como los primeros días de entrenamiento en la academia, no, peor. Había partes que me dolían ahora, que en los entrenamientos no llegué a tocar. Escuché el agua de la ducha cerrarse, pero solo tenía fuerzas para girar y dejarme caer de espaldas sobre el colchón. ¿Se puede declarar en huelga el trasero de un doncel? No lo sé, pero el mío estaba en plan de «no molesten». Ese hombre lo había llevado a la extenuación, y no solo a él. Toda mi pobre piel estaba hipersensibilizada, y mi cuerpo estaba decidido a no moverse, y mucho menos a tener sexo, por lo menos en tres meses. ¡Ja! Hasta que lo vi entrar en la habitación, con una de mis toallas envuelta en sus caderas. ¡Agh, traidora parte baja! ¿Tú no estabas fuera de servicio?
—No hagas eso, SeokJin.
—¿Hacer qué?
—Mirarme como si quisieras darme un buen mordisco.
—Ah, eso. —NamJoon casi se tiró sobre la cama a mi lado, sosteniendo su peso sobre sus antebrazos, mientras su boca estaba a escasos diez centímetros de la mía. ¿Estaba sonriendo?
—En otro momento aceptaría la oferta, pero ahora no es posible.
—Lo sé, yo tampoco tengo fuerzas para nada.
—¿Eh? No, lo decía porque no tengo más preservativos. Pero si tú tienes un alijo personal que quieras compartir...
—Hasta ahora no lo he necesitado. —Esa ceja de NamJoon se alzó de nuevo hacia mí.
—¿Cuánto hace que no tienes sexo?
—¿Unas horas?
—Ya sabes a qué me refiero.
—Déjame pensar... Me gradué en la academia en...
—Eh, para, para. ¿No has tenido sexo desde entonces?
—Fue la última vez que me emborraché.
—¿Solo lo has hecho borracho?
—No, pero después de eso no he tenido mucho tiempo para notar que necesitara sexo, precisamente.
—Increíble.
—El trabajo en el FBI no me dejaba mucho tiempo libre.
—Pero llevas meses trabajando para YoonGi. Tienes los fines de semana libres para dedicarlos a cultivar tu vida social.
—Estuve ocupado buscando apartamento, mudándome... Ya sabes, lo que hace la gente cuando cambia de ciudad.
—¿No vivías aquí antes?
—No, en el condado de Lincoln. Me trasladaron temporalmente a Las Vegas para cubrir la solicitud de personal de Bloom.
—¿Echas de menos el FBI?
—Sí y no.
—¿En qué?
—Hasta ayer, el trabajo del FBI era más interesante. Pero mi jefe resultó ser un asco.
—Así que, desde ayer, el trabajo ha mejorado bastante, ¿eh?
—Echaba de menos la investigación. — NamJoon reptó por la cama, hasta ponerse sobre mí y atraparme entre sus brazos.
—Y el jefe está mucho mejor.
—Sí, es más guapo e interesante, pero está casado.
—¡Eh! Serás... —El ruido del teléfono sonando atajó una pelea de cosquillas en la que tenía
todas las papeletas para perder. —No te muevas. Vuelvo en un segundo. —NamJoon saltó de la cama y cogió el teléfono para contestar. Su rostro se volvió serio, y supe que el trabajo había vuelto. Cuando terminó de hablar, se acercó a la cama, se sentó sobre ella y me observó con esa expresión pétrea suya. Iceman había vuelto. —Tengo que volver al trabajo. Pasaré por el despacho de abogados y luego te recogeré para almorzar.
—Tú no sueles recoger a tu amante para llevarlo a almorzar.
—¿No? ¿Y qué suelo hacer?
—Según ponía en los informes, tú haces tu vida al margen de la suya, rara vez les llevas de cena o a espectáculos.
—Bueno, se supone que debemos dar celos a Leo, así que puede que cambiemos eso un poco.
—De acuerdo, pero un poco significaría que quedáramos en algún lugar para comer, ya sabes.
—Te diré lo que haremos. Pondré a un hombre para que te escolte, como hice con Leo. Te acompañará a hacer esas cosas de compras que él hacía, y después quedaremos en el Crystals para almorzar. Así tendremos una justificación para pasar por la oficina de YoonGi y que nos ponga al corriente de todo, ¿te parece?
—Es un buen plan. ¿Y qué quieres que te compre?
—Cómprate algo de ropa apropiada, ya sabes, para un par de salidas nocturnas, para llevarte a restaurantes caros y lencería. Todo el mundo sabe que soy un hombre de lencería.
—Uf, mi cuenta de gastos se va a disparar. Tendrás que hablar con YoonGi sobre ello.
—No hará falta. En todas las tiendas del Crystals tengo cuenta abierta. Sloan te acompañará, no habrá problema. Tú solo diviértete.
—Ir de compras no es divertido, ir al circo lo es.
—Tú ya me entiendes.
—Sí. Me convertiré en un nuevo Leo.
—No, SeokJin. Tienes que ser tú mismo, solo que vas a dejar que te cuide y te mime. Aprovéchate de mí, como hacen todos los demás, así tu papel será creíble.
—Lo intentaré. — NamJoon se inclinó, y besó mis labios fugazmente.
—Hazlo.
—Pero que quede clara una cosa, esto es por trabajo. Yo no quiero ser tu mantenido.
—Por trabajo, de acuerdo. —NamJoon se levantó, y caminó hacia la salita. Sí, el tipo era cuidadoso con su ropa. La había dejado bien estiradita sobre una silla la noche anterior. Por eso cuando se vistió, no parecía que hubiese llevado esa misma ropa el día anterior. Aunque no se puso la corbata, y llevaba un par de botones de la camisa abiertos, seguía siendo un tipo elegante y refinado. Incluso con las manos en los bolsillos. —Te mandaré un mensaje cuando llegue al Crystals.
—Te compraré algo bonito.
—Compra algo sexy. — Me dedicó una pequeña sonrisa traviesa y salió de mi casa. Hora de levantarse.
Caminar hacia el baño se convirtió para mí en una nueva experiencia. ¿De verdad había dejado que me hiciera todas esas cosas anoche? Mi entrepierna y mi trasero eran una prueba irrefutable de ello. ¡Auch! Cuando me paré frente al lavabo, el espejo me devolvió una imagen algo distinta de mí mismo, de la que estaba habituado. Parecía.... feliz. ¡Dios, como para no estarlo! Una buena noche de sexo hacía eso. Qué digo, una apoteósica noche de increíble y abundante buen sexo hacía eso.
NamJoon
Seguí los pasos que YoonGi me indicó ese día. Debía parecer un día normal de mi rutina habitual. Ir al despacho de abogados, controlar la evolución de los casos que teníamos entre manos y después salir a almorzar fuera. Todo eso después de ir a casa, ducharme y cambiarme de ropa.
Es raro hacerlo cuando piensas que están observando todos tus movimientos, te hace sentir incómodo, violentado. Estar en casa se había convertido en algo más que incómodo tras echar de ella a Leo. Era un buen momento para pensar en cambiarme de casa, y esta vez consultaría con YoonGi, porque quería un hogar en el que me sintiera realmente seguro.
Podría decir que los abogados de mi bufete se extrañaron por verme allí, después de tanto tiempo manteniéndome al margen, pero no hicieron ningún comentario al respecto. Normal, era su jefe. De todas maneras, me gustó volver a retomar esa parte de mi vida. Sé que la dejé de lado por lo que pasó con Leo. Por culpa de aquel golpe perdí parte de la motivación. Tenía que reconocerlo, su traición me golpeó más fuerte de lo que quería creer. Pero había llegado el momento de recuperar mi vida, de volver a ser el NamJoon que necesito ser, que todos necesitan que sea. Es hora de volver a ser un Min, no una sombra de mí mismo.
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Min's Family (NJ) 3
FanfictionMafia, Rusia, NamJoon, Jin. LEER PROLOGO Adaptación Esta historia le pertenece a "iris boo" todos los créditos a esa persona. Yo no soy dueñx, yo solo lo adapto al Yoonmin. Cualquier problema que tenga, la eliminaré de inmediato.