14

39 7 0
                                    

–Tenemos clase de gimnasia ahora-anunció Rosé llegando a mi lado cuando ya todos nuestros compañeros habían abandonado el salón, incluso Jisoo, que me miró con cara de pocos amigos antes de retirarse, ahora entiendo por qué–¿Crees qué puedas ir?-me cuestionó mientras se sentaba en el borde de mi mesa, me incliné hacia atrás sosteniéndome el costado a la vez que le sonreía. Unas buenas horas de sueño no me vendrían mal; mi contraria prefirió permanecer en el otro extremo de la cama para no lastimarme, cuando la verdad es que ya estoy acostumbrada a sentirla cerca así que no logré descansar en toda la noche.

–De ir, estoy segura de poder hacerlo, de lograr mantenerme de pie o realizar los ejercicios, no tanto-bromeé intentando hacerla reír, sin embargo solo logré preocuparla cuando en medio de la risa se me escapó un quejido; el cuerpo me duele horrores por más pastillas que tomé y más pomadas que Chaeng me aplicó sobre las heridas tratando de aliviar mi malestar. Mas por algunos instantes, cuando sus dedos recorrieron con delicadeza cada una de las marcas en mi piel, tanto antiguas como recientes olvidé el dolor que me producían, desearía que lo pudiera eliminar para siempre.

–Entonces te ayudaré a cambiarte de ropa e inventas cualquier excusa para quedarte sentada-sugirió inclinándose hasta quedar a mi altura, una de sus manos se deslizó acariciándome la mejilla con suavidad por lo que me permití cerrar los ojos durante el breve inatante que duró el gesto–seguro lo entenderá-la miré con ganas de reír, sin embargo me contuve al reconocer las lágrimas al borde de sus orbes marrones; a ella no le gusta que sienta dolor, por eso pongo todo mi esfuerzo en no dejarle ver cuando lo hago. «Yo no soy tú, Rosie, a los profesores no les agrado en absoluto» le recordé encogiéndome de hombros, los docentes me odian para ser precisa y el hecho de que cada vez que me encontraban haciendo algo "fuera de las normas" los amenazaba con que mi padre los despediría con tal de salirme con la mía aumentó su desprecio en mi contra. Además de que mis constantes faltas de respeto hacia ellos, que sigo sin creer que se lo merecen, solo han conseguido que no hagan concesiones conmigo de ningún tipo–Si hay algún problema le hablaré yo y todo solucionado-sonreí cuando sonrió y capturé sus manos entre las mías dándole un apretón leve en forma de agradecimiento.

Caminamos con su brazo rodeando mi cintura ayudándome a sostenerme en dirección a los cambiadores, donde solo quedaban un par de chicas cuando ingresamos. La pelinaranja se vistió con la ropa de deporte primero y luego entró conmigo para vestirme, porque apenas puedo levantar los brazos sin quejarme o mantenerme en pie por mi cuenta. Sus mejillas se colorearon de un tono carmesí intenso cuando rozó mi abdomen al levantarme la blusa para retirarla, lucía condenadamente tierna al clavar la vista en el suelo sin intenciones de mirarme. Aunque tampoco estoy en una buena posición que digamos, estar semidesnuda frente a ella que cada dos por tres en un descuido toca mi piel enviándome escalofríos por todo el cuerpo es suficiente para avergonzarme también.

–Pero mira lo que encontré ¿te has estado divirtiendo sin nosotras?-Hiray cuestionó recostada a la pared una vez que habíamos salido del cubículo asustando un poco a Chaeyoung.

–Déjala tranquila Momo, Rosé no te ha hecho nada-advertí poniendo a mi acompañante detrás de mí; en cuestión de segundos sus dedos cálidos tomaron mi brazo provocando que volteara a verla «Lis, está por empezar la clase, vamos» musitó sin apartar su mirada de la mía mostrando un brillo de miedo en ella, el mismo con el que me observaba antes.

–Lis-se burló provocando que la pelinaranja se encogiera en su lugar lo cual me molestó lo suficiente como para olvidar mi cuerpo golpeado y querer poner a la estúpida en su lugar–tenemos algunas cosas de las que hablar tú y yo-apreté la mandíbula acariciando las manos que aún me sostenían en busca de protección.

–Adelántate tú Rosie, yo iré ahora-le acomodé el cabello con una sonrisa a lo que ella negó efusivamente apretando su agarre, sin embargo antes de que protestara agregué–Ve, estaré bien-no muy convencida atravesó la puerta dejándome el camino libre para hablarle a mi contraria como se merece. «No sabía que ahora tenías que pedir permiso para quedarte a solas con tus amigas, ¿es celosa?» chinchó acercándose con los brazos cruzados mientras que yo decidí permanecer en el lugar, no sé cuanto logre soportar si hago esfuerzos extra–No somos amigas, creí que ya te habías dado cuenta-ella solo entiende por las malas; cuando la tuve a solo unos centímetros la cogí por el cuello de su camisa apoyándola contra la pared a mi lado sin ninguna delicadeza–la vuelves a molestar y no serán palabras lo que obtengas de mí, te voy a romper todos los malditos huesos hasta que olvides tu nombre-amenacé dispuesta a cumplirlo, si bien le prometí a Chaeng que me mantendría lejos de conflictos violentos soy capaz de romper esa promesa si es para protegerla, no me importan las consecuencias que tenga que enfrentar después–Y aunque no lo pediste, voy a darte un consejo, deberías ver más a tu alrededor y encontrar lo que realmente importa-la alejé con un empujón lo suficiente para no irme a golpes en su contra en esta ocasión–A Yuna no le gusta hacerle daño a los demás, pero prefiere permanecer a tu lado-y vaya que la pobre chica lo pasa mal, puedo recordar varias veces en la que la vi ocultar las lágrimas por algo que nosotras hacíamos o ver sus manos temblar ante la impotencia que le causaba la escena que presenciaba–deja esta vida por ella, te puedo asegurar que si lo haces nunca se irá.

–¿Ahora te crees una santa por estar saliendo con la niñata de Roseanne?-adoraría que esa pregunta tuviera una repuesta afirmativa ¿pero quién soy yo para olvidar el monstruo que alguna vez fui?¿El sufrimiento que le causé a otros cuando yo solo veía diversión en eso?–Debe ser muy tonta al aceptarte en su vida después de toda la mierda que le hiciste-continuó y admito con toda la pena del mundo que tiene razón, mas es Rosé, es demasiado pura para albergar odio en ese gran corazón suyo, que espero algún día poder sanar con la misma facilidad que lo herí.

–Nunca podría serlo, soy muy consciente de todas las cosas terribles que he hecho-y ahora no me siento orgullosa en absoluto, de todas las personas en el mundo decidí lastimar, posiblemente, a la única que no lo merecía, y por las razones más absurdas existentes–pero esa niñata como la has llamado, me ha enseñado que las segundas oportunidades existen, que se puede mejorar si te lo propones y que no importan las cosas malas que hayas hecho, si te arrepientes de verdad, tendrás personas dispuestas a darte la mano para que puedas avanzar-es Chaeng la que me ha tendido esa mano en cada ocasión que la he necesitado, la que me hizo ver que lo que yo estoy viviendo no debo normalizarlo porque es un abuso de parte de mi padre y que el maltrato no es forma de amor, no puedes cuidar algo o a alguien mientras lo destruyes–solo espero que no te des cuenta demasiado tarde y lo más hermoso que tienes ahora, ya lo hayas perdido-centencié saliendo en busca de lo hermoso de la mía, nadie le hará daño mientras yo esté con vida, no dejaré que la luz que encendió se apague antes de llevarme con ella.

Mi vida no es perfecta (Chaelisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora