XXV

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Perspectiva de Lucía

Recién me había despertado, eran aproximadamente las tres de la tarde, Juani vino corriendo a su habitación, donde me encontraba durmiendo, porque había recibido una llamada del hospital, Enzo había despertado.

La felicidad que había sentido en ese momento no se disimulaba en mi cara. Sonreía lo más que podía y me permitía la rotura de mi nariz. Ya habían pasado unos cuatro días y estaba mejor, el alrededor de mis ojos no estaba morado y tampoco hinchado, solo tenía la nariz un poco rojita con la gasa que aún me obligaban a llevar puesta.

Me vestí rápidamente, un chándal gris y una sudadera negra de Juani. Me até el pelo en un moño rápido dejando caer algunos mechones por mi cara y agarré el bolso para irme. Bajé hasta el garaje del edificio y encendí el coche de Enzo, me subí y comencé a conducir a alta velocidad hasta el hospital.

Una vez llegué me informaron que estaba dormido, que le dejara reposar ya que había tenido una noticia que le había desestructurado, supuse que sería el hecho de que se peleó con Matías así que no le di demasiada importancia. Me adentré despacio en su habitación y vi como dormía. Tenía su no tan largo cabello amarrado en una pequeña colita en su nuca, sus labios estaban entreabiertos dejando pasar su respiración por ellos. Estaba relajado y yo feliz de saber que podría hablar con él y que todo volvería a ser como antes.

Me senté en una de las sillas que estaban situadas al lado de su cama y seguí leyendo el libro que llevaba leyendo estos cuatros días, El poder del ahora. Lo encontré en su habitación hace unos meses, tenía varias escrituras de él, anotando momentos que le habían gustado del libro, según me dijeron los chicos, era su libro favorito.

—Tienes que vivir el momento presente conscientemente, para que tus vidas pasadas y futuras se unan aquí y ahora —Comencé a leer—

A lo largo que el libro avanzaba me reía y sonreía a la nada sobre los comentarios que hacía Enzo sobre el libro en los post-it que había pegados dentro de él.

Pasadas dos horas de lectura saqué la pequeña manta que traía en mi mochila para poder taparme, hacía frío en la sala. Enzo aún no despertaba y cada vez estaba más inquieta esperando que llegara el momento. Mis ojos comenzaron a cerrarse a medida que pasaban los minutos, y ya sin fuerzas de seguir luchando para quedarme despierta, caí rendida completamente en esa incómoda silla.

19:00 pm

Abrí lentamente mis ojos al escuchar unos ruidos, miré para todos lados hasta que miré a Enzo, se había despertado. Corrí mi silla rápidamente y él me observó sorprendido. Sentía como me analizaba con su mirada, como si fuera la primera vez que me hubiera visto, veía cada parte de mí con asombro y sorpresa, no le tomé tanta importancia y le hablé por fin.

—Enzo... —Acaricié su mejilla con sentimiento mientras sentía las lagrimas resbalar involuntariamente por mis ojos— Mi amor, al fin despertaste —Sonreí con felicidad—

El me miró extrañado, como si le hablara en otro idioma que no comprendía. Observó mi mano en su mejilla y la retiró lentamente, haciéndome confundir, le observé sin entender absolutamente nada y entonces, cuando habló, el mundo se me cayó encima de golpe.

Ese cristalito roto, yo sentí como crujía

—Disculpá, ¿Quien sos? —Preguntó algo confundido—

—Mi amor, no tiene gracia —Solté una risita asustada— Soy yo, Lu

—No se quien sos —Me miró extrañado, como si intentara recordarme— ¿Porque me llamás mi amor?

𝓣𝓻𝓾𝓮 𝓛𝓸𝓿𝓮- 𝓔𝓷𝔃𝓸 𝓥𝓸𝓰𝓻𝓲𝓷𝓬𝓲𝓬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora