Era sábado. El primer día de las vacaciones de navidad. Ayer quise hablar con Matt para explicarle que yo estaba empezando algo con Luke y que quería intentarlo en serio, algo que ya le había dicho antes pero sentía la necesidad de volver a explicárselo. Pero cuando iba a acercarme a él en el pasillo, nuestras miradas se entrelazaron. Supongo que habrá entendido mi intención y por ello comenzó a caminar en dirección contraria, esquivándome. Aquello me dejó boquiabierta. Hacía solo unos días estaba confesándome sus sentimientos e intentándose meter en mis pantalones y ayer... no quería siquiera verme. Aunque luego de reflexionar un poco, entendí que quizás era duro hablar del tema para él ya que según lo que se nunca fue rechazado por nadie.
Los días anteriores hemos cruzado algunas miradas, si me concentraba podía ver que no estaba del todo bien pero por fuera se encontraba de excelente ánimo, lo que bastaba para sus superficiales amigos.
Eran las 8 a.m. y el frío era aterrador. Algo típico en Nueva York en estas fechas. Realmente no quería salir de la cama en toda la mañana, me encontraba calentita entre mis múltiples frazadas y el calor que llegaba de la estufa del comedor. Ah, olvide mencionar que llevaba puesto mi pijama de invierno con conejitos el cual no podía faltarme en los días invernales. Pero el hambre atacó mi estómago. Espere unos minutos y este rugió con más fuerza exigiendo que ingiriera algo de calorías.
Me levante de la cama para dirigirme a la cocina. Mamá se encontraba horneando tostadas y preparando café cuando llegué a la diminuta cocina del departamento.
-Buenos días princesita – Dijo mi madre depositando un tierno beso en mi frente-¿Quieres un café?
-Con tres de azúcar por favor –Contesté y luego saqué de la alacena la mantequilla de maní para mí, y el queso de la heladera para Sarah.
Llevé las cosas a la mesa, y volví para buscar dos cuchillos de untar y un plato para las tostadas. Me senté en la mesa esperando que mi madre llegara con los cafés, lo cual hizo unos pocos minutos después.Ambas comenzamos a desayunar, disfrutando de cada sorbo del líquido caliente que entraba por nuestras bocas.
Luego de untar mi tostada con mantequilla de maní y dar el primer mordisco dije-Madre... conocí un chico hace un par de semanas.
Al instante de escuchar aquellas palabras, el rostro de mamá se iluminó.-¡Ay Madie!, ¿Acaso son novios?
-Ehm... si hace unas semanas – Dije sin mucho interés y bebiendo algo de café.
-¡Que alegría hija! – Dijo mi madre – En este momento es bueno que George no esté con nosotras, hubiera estallado al escuchar esto – Rio.
-Mejor por mí– Dije bromeando- Su nombre es Luke, y vamos al instituto juntos. Es... realmente agradable.
-¡Perfecto! Muero por conocerlo.
-Lo conocerás. El punto es que quiere presentarme a sus padres.
-Tienes que ir verdaderamente impecable y causar una buena impresión. Irás hecha toda una señorita – Dijo mamá con luces brillando en sus ojos. -
Quiere que sea en la cena de noche buena – Solté desviando mi mirada. Era obvio que no estaría de acuerdo.
-¡¿Qué?! –Gritó mi madre- ¡Ni por todos los santos del cielo! Esa es una celebración familiar... y este año nos acompañara John.
- Lo sé, lo sé – Dije suavemente – Es que el creyó que sería una buena ocasión. Y Además podrías tener una hermosa velada a solas con John.
-No lo se, Madie – Dijo mi madre dudando – Siempre lo hemos pasado juntas hija. Entiendo que tienes novio y quieras estar con el pero esa fecha es importante...
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Quédate cerca
Ficção AdolescenteMi vida era tranquila. Misma rutina todos los días. Mismas amistades de siempre. Mismo trabajo. No era lo que se llama una chica popular en el instituto ni mucho menos, pasaba desapercibida muy fácilmente y por eso, cuando el chico lindo y codiciado...