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Viriato, aquel coloso de más de dos metros se encontraba tranquilo, estabaa anocheciendo y sabía perfectamente hacia donde se iba a mover el lobo por lo que armado en armadura y acompañado de Helena y otro chico, un hombre bajito, de tez ligeramente morena, delgado y cabello castaño armado con dagas y vestido se color negro. El General se acercó a este posando su mano en el hombro del chico.

Vi: Rodrigo, te encomiendo la tarea. Creo que tu podrás contener al lobo o hacerlo entrar en razón.

Con entusiasmo y algo de rabia en sus ojos, el joven Rodrigo se puso firme ofreciendo un saludo militar al General

Ro: Volveremos con gran honor.

Nikola por otra parte estaba durmiendo a pata suelta abrazado a un guepardo de las nieves albino sobre la rama de un árbol para protegerse de los osos que solían merodear por la zona. La luna aún no había llegado a su punto más álgido pero ya estábamos al ocaso del día. Rodri se encontraba caminando por el bosque con sumo sigilo. Por otro lado Helena avanzaba con su compañía de cinco soldados exhaustos por el camino principal y Viriato parecía estar desaparecido debido a que no sabían donde se encontraba exactamente.

Los pensamientos de Helena eran tanto de duda como de temor, sabía perfectamente que aquel hombre era perfectamente capaz de aniquilar a los seis en un instante y por otro lado la duda que cual era la relación de aquel hombre misterioso con el general y Rodri. Parecían hablar de él con mucha confianza y esto asustaba un poco a Helena.

La voz del hombre de escuchó entre las sombras y este cayó con su gran espada sobre Rodri desde el árbol que logró esquivar por milímetros el ataque. Los ojos de aquel hombre eran anaranjados parecían brillar en la oscuridad y su cara estaba llena de rabia, mostrando los colmillos como si se tratase de un animal.

Nikola parecía estar completamente enajenado por lo que velozmente llevó sus manos al cinturón buscando sus fiables dagas de plata que desenvainó temerosos de un muy probable ataque enemigo. Que como sus miedos predecian, confirmaron la suposición.  La Claymore del lobo atacó rebasando completamente la guardia del pícaro, que aún con sus firmes dagas en guardia no fue capaz de frenar el embiste enemigo revanando ambas manos del pícaro en un sutil y veloz corte con la potencia de la furia de una vida entera. Un gran paso hacia salvó el pellejo al pícaro frente al segundo ataque del Berserker que con la mirada firme se dirigió al lobo blanco.

Ro: Tu.. eras uno más del Escuadrón... pero tuviste que joderlo todo...

Nikola, tomando un ligero suspiro de conciencia miró al pícaro directamente a los ojos.

Ro: Yo se como eres en verdad... y me das asco.

La voz de Rodri fue callada por un golpe dado con la zona ancha de la hoja por lo que no provocó corte actuando más como un golpe contundente que dejó inconsciente al manco que cayó al suelo a peso de plomo.

Ni: Tu tampoco me caes bien, pero alguna vez pude llamarte amigo, así que no te mataré... por lo menos hoy.

El árbol estalló Viriato había llegado a la escena lanzando su Martillo de gran tamaño contra el lobo dejándolo gravemente aturdido en el suelo mientras que el Martillo tras impactar con este dió con el árbol haciéndolo estallar. El gigante se acercó lentamente por su pesada armadura para dirigirle unas palabras al lobo.

Vi: Aún te queda algo de honor al parecer... Lobo blanco...

Fue lo último que escucho antes de caer dormido por el gran golpe que recibió.

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