LEIDEN

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Rei: ¿y te parecerá bonito hacer a la pobre Senko bajar en horario de trabajo verdad Hiro?

Hi: ¡Vale vale vale vale suelta suelta!

La geisha soltó a Hiro pero eso no detuvo pos cuchillos que esta le lanzaba con la mirada.

Hi: Necesitaba el agua para el té, pero el general Yasuke pidió también bolitas de pulpo por lo que tuve que pedirle a Senko em favor... Por cierto, ¿que es eso del ritual?

Rei, cubrió gracilmente sus labios teñidos de rojo con su pálida mano extremadamente bien cuidada para reír con suavidad antes de contestar al joven cocinero.

Re: Verás Hiro... Cuando las geishas llegamos a los dieciocho años, es muy común que un noble o burgués compre su virginidad por un alto valor. Y a Senko la compraron por más de cien mil yenes~

La pobre senko no pudo evitar cubrir su rostro de un sonrojo colosal ante la información destapada que intento cubrir con sus manos desnudas.

Hi: ¿Y tu cuanto costaste? Rei~

Diría vacilando el joven sabiendo claramente la respuesta de antemano lo que provocó una cara de insatisfacción y envidia en la geisha.

Re: Veinte mil yenes... Pero mirala a ella, decidió comprarla nada más y nada menos que el general Yasuke... Y aquí está deseé entonces, sirviendo para el como shiro.

Hi: Dicen que la vara del General es del tamaño de un fémur de mujer. ¿Es eso cierto Senko?

La pobre no pude evitar sonrojarse aún más por la situación, parecía estar completamente avergonzada por lo ocurrido.

Hi: Al fin y al cabo el es extranjero, escapó de una grande de esclavos al sur del continente donde el calor es intenso y la gente es oscura de piel.

Se: La verdad... Es que el general no hizo nada conmigo. Lo ocurrido fue que un shogun del este me quiso comprar por setenta mil yenes, pero tiene mala fama de torturar a sus sirvientas y abusar de ellas por lo que el general decidió apostar por mi. Yo solo trabajo aquí pagando el favor que me hizo Yasuke-sama...

Ambos quedaron completamente ojiplaticos por lo contado por la chica de un solo ojo azul. Hiro corriendo entró para agarrar unas bolas de pulpo y ofrecerlas a Senko que marchó rápidamente a la sala principal donde en completa soledad, el gran y honorable Yasuke se encontraba tomando té verde.

El era un hombre de tez negra color ébano, más de dos metros de músculos y una cabeza completamente lampiña sin pelo alguno. Su kimono color azul eléctrico y su gran katana adornaban perfectamente sus vestimentas. En su aura y energía que desprendía se podía notar una persona serena y que ha pasado un largo camino de sufrimiento para llegar donde estaba en ese momento. Senko se acercó a él y dejó sobre la mesa la comida para que su señor pudiera comer mientras bebía el té. Cuando en perfecto cipangués como si nativo de la lengua fuera, Yasuke se dirigió a Senko con su voz grave tan característica.

Ya: Senko.

La chica se alarmó ligeramente haciendo una reverencia a su señor.

Ya: En pocas lunas marcharemos a occidente, los salvajes de Tartessos han parado la ofensiva en Cardona. Quiero que vengas conmigo.

Se: ¿Esta usted seguro señor?

Ya: Sin lugar a duda de ello, necesito alguien de confianza que me cubra las espaldas. ¿Sabes? Quiero tu consejo, Senko. Dicen que uno de los supervivientes vió un licantropo con una espalda enorme destruyendo a más de ciento cincuenta hombres como si estos fueran de mantequilla, el solo...

Se: Pues honestamente pienso... Que no hay nada que mi señor Yasuke no pueda cortar.