Mientras todo esto ocurría, en un refinado salón de un palacio en la capital del reino. La nobleza se encontraba celebrando un banquete en honor a la victoria del país en Cardona. Nobles, burgueses y parte del alto clero de todo el reino se encontraba allí congregado.
Vestido de gala, se pudo distinguir un joven no muy alto, delgado y cabello largo. Un hombre excesivamente longevo de larga barba grisácea y vestido con una túnica que solo la podría describir como digna de un alto cardenal de la iglesia se acercaría al chico que miraba con detenimiento tocar a los músicos.
??: Dime Carola, ¿te gusta la música?
Carola, se giró para ver al cardenal Bonifacio, la mayor entidad eclesiástica de la Corona de Tartessos.
Ca: ¿Ah? Si, su santidad Bonifacio. ¿Como se dió cuenta? Es usted muy avispado.
El cardenal comenzó a reír y agarró una jarra de cerveza que comenzó a tragar como si de un viking sediento se tratase.
Bo: Me ha dicho tu padre, el Marqués de Torquemada, que tocas varios instrumentos desde pequeño. ¿No es así?
Dijo previo a sentarse junto al joven con cuidado para disfrutar de la bebida con aquella hermosa melodía similar a lo que conocemos como música clásica.
Ca: Si, llevo meses sin tocar un instrumento, y de normal mi padre me hace practicar varias horas al día con muy buenos maestros.
Bo: ¿Te hace practicar o te obligas a mejorar?
Carola, se quedó pensativo mientras miraba como una de las jóvenes, hermosa, rubia, delgada y de ojos marrones tocaba virtuosamente el violín quedando completamente embobado no con su belleza, si no más con su forma de usar tal instrumento para crear melodías tan bellas.
Finalmente al ya casi terminar el baile, Carola salió al jardín, dentro hacia demasiado calor y el ambiente era excesivamente agobiante al parecer para el. Entonces fue cuando fue sorprendido por aquella rubia mujer que previamente tocaba el violín reposando sus brazos sobre la fría valla de piedra. El chico quedó mudo, las melodías solo fluian por su cabeza sin parar, como era posible tanta hermosura sin decir una palabra, sin imagen alguna, sin danza ni nada más que el ruido de aquellos graciles objetos.
Ca: Perdona, ¿Eres violinista? Creo.
Mo: Morgana, si, tocó desde pequeñita. ¿Crees que lo hago buen?
Diría la chica bacilante de una forma suave y con confianza, tal sutileza en sus palabras y calidez hizo sonreír al muchacho.
Ca: Yo toco la flauta travesera, ¿me podías decir como se llamaba esa canción?
Mo: ¿Cuál? Hemos tocado varias.
Carola cerró los ojos para hacer memoria y alzó sus brazos como si se tratase de un director de orquesta moviendo ligeramente los brazos tarareando para si misma la melodía.
Ca: Es como... Un camino, no, una persecución, una presa y un cazador, corriendo por un bosque.
La chica quedó en silencio intrigada con los ojos bien abiertos, prestando atención a la descripción que estaba dandi el chico de la canción.
Ca: La presa cree escapar, pero finalmente el cazador lo logra atrapar y termina lento y triste en un solo de violín muy lento. No se si sean redondas.
Sonreiria la rubia ante la deducción del joven noble llevando su suave y delicada mano con confianza al hombro de este.
Mo: ¡Ya se cual dices! Se llama "Persecución Nocturna: Sonata para Violín y Piano". Es de Gattuso Bolton.
Confiado por sus conocimientos, Carola sonreía con el ego por las nubes ante la afirmación de la chica.
Ca: ¿Gattuso dices? Es del noroeste, ¿no?
Mo: Asi es, ¿por?
Ca: Tengo unos amigos que... viven cerca, algo más al sur.
Curiosa, Morgana preguntó.
Mo: ¿Dónde?
Ca: En Vivar.
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LEIDEN
FantasíaNikola, un joven mercenario que sufrió una serie de catastróficas desdichas se encontra en esta aventura de fantasía oscura en una guerra entre la nación de Tartessos y el Imperio Expansionista de Cipango que ya llevaba asolado el contiente durante...