Mein Schatz König (SAGA COD #1)

Capítulo 27 "1000"

N/A:

Hola, aquí la autora reportándose. Debido a la buena receptividad de la obra y para celebrar que nos acercamos a las 1000 vistas, he decidido continuar la historia, ya que quedaron ciertas cosas de la trama que resolver y más cosas que desarrollar, así que tomen esto como una segunda temporada.

Agradecería que comentaran y votarán en los capítulos...

Narra König...

Luciana había aceptado, me había dicho que sí, estuve ensayando este momento por días, Luciana, la luz de mi vida y la estrella de mis noches había aceptado casarse conmigo, ella es como sentir el Sol resplandeciente en el rostro en un día tenebroso y frío, ese calor que quema y te salva de morir congelado en el vacío... Realmente no sé de dónde saqué estas cosas que estoy diciendo, Luciana es muy romántica, supongo que por ser Italiana tiene esa vena pasional.

La acompañaba a ver películas románticas, le gustan mucho, no son mi estilo, pero no se me quitaba nada con hacerlo por ella, incluso si me quedaba dormido al momento de empezar, podía seguir escuchando las frases que decían, supongo que algo aprendí de eso.

Le había mostrado mi rostro, para que confiara en mi, sé que siempre me dice que no era necesario, que si no me sentía cómodo no tenía por qué hacerlo, pero será mi esposa, ¿cómo podrá casarme conmigo si no ha visto mi rostro?, pues ahora está solucionado.

Expuse mi rostro estando de rodillas en el suelo, inclinado ante ella, me había rasurado y peinado para la ocasión, quería que me viera reluciente.

Sus ojos se abrieron por completo cuando quité mi máscara, la sangre subió a sus mejillas sonrojandolas en el camino, suspiró de sorpresa al verme, tenía miedo, me temblaban las piernas, estaba aterrado, quería que me aceptara.

Luciana se había arrodillado en el suelo, se acercó a mí, me ponía nerviosa que me mirara tanto, llevó sus manos delgadas y frías a mi rostro tibio y lo acunó entre sus palmas suaves, era un somnífero para mí, tomé sus manos y las acaricié, viendo sus ojos afilados.

- ¿Soy feo? - interrogué con el corazón latiendo fuertemente dentro de mi pecho.

- Todo lo contrario. - respondió tajante.

Luciana acercó su rostro al mío, cerré los ojos cuando sentí el tacto de sus labios sobre mi piel, plantaba besos alrededor de todo mi rostro, sentía cosquillas.

Me levanté del suelo y la tomé de las manos para alzarla.

- No te arrodilles, levántate. - ordené con voz suave, no quería sonar autoritario.

- König, te manché de labial. - soltaba mi castaña como si se estuviese disculpando, tratando de limpiar con sus dedos.

- Mein schatz, está bien, está bien. - sostenía sus manos y las llevaba a mi pecho para calentarlas, hacia frío y debía mantenerla abrigada.

- ¿Ahora cómo te llamo?, ¿Alexander?, ¿König? - inquiría Luciana preocupada con un tono de voz suave.

- Como quieras lieben, como te sientas cómoda.

Tomé la máscara y la coloqué de nuevo sobre mi rostro, todavía sentía que mi corazón iba a estallar, me empezaba a doler la cabeza por la emoción, me sentía más caliente de lo normal.

- Vamos a la hacienda, ya está anocheciendo. - tomé la mano de Luciana detrás de mí y empecé a andar.

(...)

Narra Luciana...

Llegamos a la granja, a nuestra granja, veía al fondo unas luces decorativas, escuchaba música a cierto volumen, pero no muy alto, había sillas de fiesta, todo de blanco, parece que König había preparado las cosas con anticipación.