Mein Schatz König (SAGA COD #1)

Capítulo 4 "Ratas de Alcantarilla"

Keegan y Ghost se habían adelantado, creo que han traído más soldados de los necesarios a esta misión, no creo que se encuentre un mayor peligro aquí abajo.

Se escuchó el eco de las voces de algunos hombres al fondo, las voces eran en otro idioma, asumo que alemán por el lugar, debieron haber alertado a los otros hombres de nuestra llegada. Luego de escuchar las voces, se oyeron algunos disparos concretos, parecía que tenían silenciador.

— Despejado. — informa Keegan.

— Recibido. — responde König.

Avanzamos, y logré divisar algunas cajas de madera de gran tamaño, herméticamente cerradas y con algunos sellos, König se acercó a la caja y sacó del compartimiento de la mochila colgada en su espalda una ganzúa, sin dificultad la apoyó en el borde de la tapa y la abrió, asomó su mirada al interior de la caja...

— Parece que aquí no solo han traficando con personas, trafican armamento.— König colocó la tapa en su lugar. — Encontré una caja con armamento, parece que surten a alguien. — informaba König.

— Por aquí hay varias cajas también, las revisamos y también tienen armas dentro. — respondía Ghost.

La idea del equipo era ir despejando el área para poder encontrar el lugar donde tenían a las personas cautivas, el lugar estaba a oscuras, pero por la visión nocturna no era un problema.

Mientras más avanzamos más hombres salen de sus escondites, disparan sin éxito y son abatidos por los soldados. En un punto, se podía ver a un hombre escondiéndose detrás de una caja, König a hurtadillas se aproximó sorprendiéndolo con un cuchillo en su cuello dando varias estocadas hasta dejarlo inerte en el suelo.

Detrás de mí escuchaba como disparaban los soldados que se encontraban a mis espaldas y a mis costados, era una ráfaga de disparos, algunos de los proyectiles enemigos impactaron en los muchachos, pero parecia no haber problemas por el blindaje del uniforme. Yo me encontraba agachada detrás de una caja, siempre al lado de König.

— Me dieron. — informa un soldado detrás.

Mi visión se centró en él, tomé mi maletín y lo abrí en busca de pinzas y una jeringa con anestesia.

— ¿Dónde te dieron? — decía aproximandome al soldado herido con pinzas en mano.

— Aquí. — señalaba su costado.

— ¿Te duele?— pregunté, mientras levantaba parte de su uniforme, una bala había entrado justo en dónde terminaba el chaleco antibalas, pero la herida no parecía ser muy profunda.

— Arde. — respondía con dificultad.

Entre la ráfaga de disparos, veía como a los lejos desde una barandilla en lo alto de las cloacas, caían hacia el agua con desechos algunos hombres del bando contrario, me concentré en el soldado herido que tenía en frente, no había tiempo para que la anestesia hiciera efecto, tomé las pinzas y encendí la linterna de mi casco para divisar mejor la herida sangrante.

— Respira hondo, voy a sacar el proyectil. — informé, el soldado asentía.

Introduje las pinzas dentro de la piel, con una sujetaba la carne para que no se moviera, y con la otra pinza tomaba el proyectil enquistado mientras el soldado se quejaba del dolor, retiré el proyectil con éxito, desinfecté la herida y suturé, fueron al menos 5 puntos.

— Listo.

— Mucho mejor Doctora. — me agradecía.

El soldado volvió a su posición, inmediatamente accionó y derribó algunos hombres.