Capítulo 40 "Breezeblocks"

399 27 1
                                    

Narra Luciana...

- No, no, no se ha ido, le falta un poco de calor, eso es todo. - refutaba.

Con rapidez quité el chaleco de Víctor, descubrí su pecho y estampé mi oído sobre él, su piel estaba tibia, y escuchaba sus latidos muy en el fondo con un ritmo débil.

Masajeé su pecho con mis manos desnudas para darle calor y continúe dándole respiración cardiovascular, ya sentía las manos adormecidas ya que habían pasado varios minutos, le di una bofetada firme a Víctor y en seguida despertó, inclinándose hacia adelante, tosiendo y sacando agua de su interior.

Sentí alivio por hacer mi trabajo bien, me senté en el suelo y sequé el sudor de mi frente que se mezclaba con el agua de la lluvia.

- Gracias Doctora, que la Virgen se lo pague. - me decía Víctor completamente exhausto.

- Ya la Virgen me recompensó. - respondía recordando que Silvia estaba viva.

- Perdimos a Hassan, debe estar a kilómetros de aquí. - soltaba MacTavish.

- O tal vez no, puede que esté cerca, la lluvia pudo haberlos detenido. - sugería Keegan.

- Es posible, sigamos avanzando muchachos. - ordenaba Alejandro.

Caminamos entre la lluvia al lado del río con cuidado de que no nos fuera a arrastrar la corriente, luego de un tiempo la lluvia empezó a cesar y vimos al fondo otro poblado de residencias pero un poco más lujosas.

- Esto no tiene sentido. - exclamaba König exhausto.

- ¿De qué hablas soldado? - cuestionaba Alejandro.

- MacTavish vió una bandera de Al Quds dentro de una casa de un miembro del cartel, el cartel le da apoyo a Hassan, debe haber alguna forma en la que podamos rastrearlo. - añadía König.

- Para eso tendríamos que obtener información directamente del cartel. - continuaba Alejandro.

- Sabes sus movimientos, los conoces bien, debes saber dónde se reúnen, podemos infiltrarnos y conseguir la información, el tiempo se nos agota. - sugería Keegan.

- De acuerdo, volvamos y discutiremos esto en la base. - anunciaba Alejandro.

Tuvimos que escalar parte de un risco para subir y llegar a la superficie cerca de donde el Coronel Vargas había dejado estacionado el vehículo, no había moros en la costa, y el sol había secado la tierra, lo que facilitaba la escalada.

Al volver a la base todos nos preparabamos para darnos una ducha, tendríamos parte de la noche para descansar antes de reunirnos con Alejandro para saber cuál sería el próximo paso, y si que necesitábamos ese descanso, necesitaba procesar lo que había pasado hoy.

Entré a la ducha, por suerte tenían agua caliente para nosotros, con eso me quitaba el frío del agua del río, era como una terapia para mí, apoyé mis manos en la pared y cerré los ojos dejando que el agua cayera sobre mí.

Ni siquiera cuando tuve que enfrentarme a los miembros de la red de tráfico de personas en Leipzig para defender a König mientras se encontraba inconsciente, sentí tanto pánico como hoy, mi hermana se la había llevado el río, si no fuese por König y Riley, ella habría muerto y ni siquiera hubiese podido despedirme.

No quería que nadie se diera cuenta de como me sentía, era mi hermana pero en este momento era una compañera más, no podía distraerme en tratar de protegerla, pero no puedo simplemente dejar que le pasen las cosas sin hacer nada, que conflicto tan grande.

De pronto, sentí como alguien entraba en la ducha, sentía la piel desnuda y áspera de alguien contra mi espalda, llevé mis manos hacia atrás y pude sentir el tacto metálico de los pezones perforados de König, él se acercó a mí y me abrazó, yo me dí vuelta y enterré mi rostro en su pecho, el agua caliente nos cubría y el vapor inundaba la habitación.

Mein Schatz König (SAGA COD #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora