Capítulo 102 "Criptico"

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Narra Luciana...

Los meses pasaron, las cosas estaban tranquilas en la base, solo patrullar, reuniones y cosas por el estilo, König había regresado hace poco de una misión en KorTac, tenian que desmantelar un grupo narcoterrorista en Sudáfrica, fue pan comido, pero tuve miedo.

Durante su ausencia pensé en lo que tanto me decían mis padres, claro, lo único que me decian cuando hablaban conmigo era negativo pero empecé a creer que tenían razón.

Me decían constantemente que enamorarse de un militar era una desgracia, que nunca tendría la certeza de saber si regresaría vivo o sano de algún enfrentamiento, y por años obvié eso, pero cada vez que König se ausentaba tenia miedo de que no regresara.

Me cubría con el pensamiento de saber que él es capaz, ágil, inteligente, habilidoso y un estratega asombroso, y que no dejaría que lo mataran tan fácil, yo lo sé, he trabajado codo a codo con él y lo he visto trabajar, pero había momentos en los que la distancia me carcomía y pensamientos negativos me controlaban.

Por eso volví a rezar más seguido, pidiéndole a Dios que lo trajera de vuelta, sano, con su mente tranquila, sin problemas.

König regresó luego de muchos meses, casi no pudimos comunicarnos, y empleé toda mi fuerza y voluntad para mantenerme serena durante su ausencia para no morir de tristeza.

Llegó una madrugada, escuché la puerta cerrarse con fuerza, escuché como entró al baño de visitantes y abrió la regadera, luego de unos minutos subió, aún con la capucha puesta, vestido con una pijama y encorvado, está exhausto.

Extendí mis brazos para recibirlo y cayó sobre mi aplastandome con su peso, no dijo nada, se durmió inmediatamente, amanecí con las piernas adormecidas por tenerlo encima de mi.

Lo abracé, olía su cuello, introduje mis manos dentro de su capucha para acariciar su cabello, está largo, nunca lo había tenido así de largo, debió ser una misión ruda.

Durmió tanto que era sábado por la tarde, desperté viendo la habitación inundada del triste azul de la tarde, pronto anocheceria, König aún seguía sobre mí pero empezó a moverse.

Parpadeaba con fuerza y acaricié su rostro, me sentía feliz de que estuviese de regreso.

- ¿Te pusiste perfume? - cuestionó König frunciendo el ceño con repulsión.

- No, solo un poco de aceite de naranja de la botiqueria. - expliqué extrañada por su reacción.

- El olor es muy fuerte, deberías bañarte. - König se acostó a un lado en la cama y me apartó con su mano.

Yo me levanté sorprendida con el ceño fruncido, no entendía su reacción, incluso olí mi cuerpo a ver si era cierto y tal vez me había excedido con la esencia, pero no, la esencia perfumada es delicada la concentración es muy baja como para causar esa reacción en alguien.

- ¿Estás bien? - cuestioné posando mi mano sobre sus pectorales.

König se alejó, parecía que le dolía la cabeza, se levantó de la cama y empezó a caminar.

- Sí, tengo muchísima hambre, ¿hay algo preparado? - interrogó haciendo ademanes para no responder mi pregunta de forma extensa.

- Eh... Hay, hay pavo asado en el horno. - respondí confundida.

- ¿Lo hizo Betty?

Sí, Betty, señora que trabaja a veces para Riley, fue recomendada por Silvia y ahora también disfrutamos de sus servicios, nunca me había sentido tan aliviada de tener a alguien en casa.

Mein Schatz König (SAGA COD #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora