Mein Schatz König (SAGA COD #1)

Capítulo 89 "Cordero de Dios..."

La noche pasó y no pude dormir pensando que Nikto y Hutch habían contactado a König para decirle lo que había hecho, pero cuando me acercaba a la puerta no podía escuchar nada, no sabía si preocuparme o no.

Aunque si König no ha hablado conmigo para sermonearme es que aun no sabe nada.

Sé dónde se encuentra la base que utiliza Price para la 141 aquí en Ámsterdam, queda lejos pero puedo llegar en bicicleta, tendré que robar una.

Tomé un papel y un rotulador para dejarles una nota a Nikto y a Hutch antes de irme, espero que funcionen mis mentiras.

"Iré a la Iglesia, necesito estar sola, volveré a las 10:00pm"

Luego de hacer todo esto verdaderamente necesitaré ir a la Iglesia.

Coloqué la nota sobre la cama a la vista como para que puedan verla con facilidad.

Nos encontramos en un último piso, así que el techo de paneles debe llevar a la azotea.

Salté sobre la cama y golpeé el techo con fuerza haciendo un hueco, escuché como los muchachos afuera se movían, me escucharon, debía irme rápido.

Salté de nuevo y me sujeté del agujero del techo, halé con fuerza para arrancar parte de los paneles y cuando hice un agujero grande subí a él y estando ya adentro me arrastré entre las telarañas y el polvo hasta los conductos de ventilación y subí por una clara boya llegando a la azotea.

Tal vez Nikto y Hutch no quieren más problemas y dejarán que me vaya, de lo contrario ya me hubiesen atrapado, no creo que les guste escuchar los gritos de König, además no creo que me hallan creído con lo de la nota, estoy segura que me esperarán en la Iglesia como un clavel a las 10:00pm, son las 8:40, debo llegar rápido, aún tengo tiempo.

Pude haber usado la ventana para salir, pero haría mucho ruido y quitar los vidrios para no lastimarme al pasar me tomaría mucho tiempo.

Salté hacia abajo por los tejados hasta llegar al suelo, y cerca de una casa había un anclaje con varias bicicletas, una de ellas no tenia candado, parece que el dueño no demorará en llegar, la tomé y subi en ella mientras pedaleaba con todo lo que tenia, tenia pensado devolverla en cuanto regresara.

La brisa era tan fuerte que lograba que el manubrio se desviara de la posición en la que quería tenerlo, y la lluvia incesante hacia que el suelo se sintiera resbaladizo, que difícil es manejar así.

Esto me estaba tomando más tiempo del que pensé, la base está mucho más lejos, no sentía las piernas de tanto pedalear.

Al llegar al cordón de seguridad frente a la base solté la bicicleta y la dejé caer sobre la acera y me dirigí trotando hacia los oficiales.

- Buenas noches, soy médico, me llamo Luciana Zanetti, necesito hablar con Jonathan Price, debe encontrarse aquí. - escupía exhausta mientras me limpiaba el sudor de mi frente que se mezclaba con la lluvia helada.

Los soldados se vieron entre sí, uno de ellos se acercó a mi.

- Separe las piernas. - me indicó.

Obedecí extendiendo mis brazos también, él me revisaba exhaustivamente, palpando mis muslos, mis caderas y mi abdomen, cuando no encontró nada se dió vuelta.

- Está desarmada, ¿qué hacemos? - interrogaba el soldado al grupo.

- Déjame avisarle a Price a ver qué nos dice. - respondía el otro.

Esperé bajo la lluvia torrencial una respuesta, la noche era oscura y solo era iluminaba por los faros y vehículos de la base, me sentía como un animal atropellado al lado de una carretera.