Tiempo

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Pasaban lentamente los meses, el embarazo se presentó de manera normal, tanto la salud de Aziraphale como la del bebé se mantenían en óptimas condiciones. La madre le ayudó a escoger la mejor habitación para el futuro bebé, Azi adornó la habitación junto a Crowley escogiendo el papel tapiz y los adornos, poniendo cuadros y cortinas, se divirtieron bastante. Finalmente colocaron la cuna, los peluches en las repisas y la ropa del bebé dentro del armario.

En el quinto mes el alfa de Aziraphale tuvo que ir a la ciudad para hacer unas gestiones, contactar con una partera y demás. Desesperó un poco y regresó casi de inmediato extrañaba a su omega debido a la dependencia a sus feromonas por estar enlazados. Así que en cuanto resolvió los asuntos pendientes pidió un carruaje regresando a casa.

Crowley se apresuró a ir con su esposo tras llegar de la ciudad, había estado dos días fuera y ahora necesitaba verlo. Aziraphale frotó sus manos sobre su crecido vientre, sintiendo como la criatura se removía dentro, sonrió pensando lo genial que era aquello. El doctor le había dicho que por esos meses era normal que se moviera con más frecuencia.

El alfa corrió hacia su esposo al verle de pie en el balcón, abrazándole por detrás mientras besaba su cuello. Azi suspiró al sentir el aroma del otro, girándose para abrazarlo, enseguida Crowley le extendió una caja muy bonita.

— ¿Como has estado? El tiempo lejos de ti se ha vuelto una tortura —dramatizó Crowley, sonriendo—. Te he traído un regalo.

— He estado extrañándote cada segundo, me alegra que hayas vuelto —besó tiernamente sus labios, tomando la mano del alfa—. Mira, se mueve.

Crowley pudo sentir como el bebé cambiaba de posiciones dentro, dando una patadita o apoyándose contra un lugar específico. El brillo en sus ojos daba a entender su emoción, agarró del brazo al rubio sentándolo en uno de los sillones. Abrió la caja tomando un pequeño tocadiscos dentro de esta, lo montó sobre la mesa y le dio cuerda.

— Traje esto para ti, para que escuchen música el bebé y tú, es una cajita musical, ¿te gusta?

— Es muy bonita, gracias querido si me gusta mucho.

Se arrodilló frente al omega, acariciando la panza del mismo sintiendo como el bebé se movía, al parecer alegre por la música. Aziraphale acarició los cabellos de su esposo, tomando entre sus manos el rostro del mismo y dejando algunos besos en su rostro.

— Gracias por todo Crowley, por haberte fijado en mi, hacerme tu esposo, por darme una familia tan bonita como la que tienes, y por querer formar una vida a mi lado, nuestro lado ...

— No tienes que agradecerme, si viviera un millón de vidas más, yo te escogería siempre —le abrazó, inundándolo de su amor muy despacio.

Azi besó los labios de su esposo, acarició con sus dedos el rostro del mismo apoyando su cabeza contra el pecho de Crowley, quien envolvía el cuerpo de Aziraphale brindándole sus feromonas. Las notas musicales se detuvieron los amantes se observaron y el omega bostezó, cansado, no lo decía, pero pasaba algunas noches pensando en qué sucedería después de tener al bebé. ¿Crowley seguiría amándolo, los demás querrían al bebé, y su familia? Habían dudas pero todo volvía a estar en calma cuando recibía el apoyo de su esposo.

Gabriel apretó los labios sintiendo el golpe de la fusta contra sus muslos, jadeó sintiendo como la mirada de Beelz se clavaba sobre él, estaba siendo castigado. No era un juego sexual entre una pareja, era un alfa dándole una lección a otro. Gabriel había llegado donde Beelzebub con la noticia de que su abuelo quería escoger un omega para él, siempre lo decía de forma despreocupada, pero a Beelzebub no le gustó la idea.

Ese tipo era su alfa, no necesita un omega porque se tenían uno al otro, la descendencia era un problema al ambos ser alfas pero Beelz decía que la adopción siempre sería una buena opción. Aún así no podía evitar el enojo al ver tan despreocupado a su alfa hablando de aquello como si nada, así que buscó alguna excusa para castigarlo.

Sus pantalones fueron a parar a algún lugar, sólo en ropa interior y la camisa, Beelzebub volvió a batir la fusta contra la piel de sus muslos, enrojeciendo esta y haciendo al otro jadear del dolor. Le miraba de forma amenazante, observó como el entrepierna de Gabe se erguía palpitando, levantó su pie frotando ese contra el miembro ajeno, el otro colocó las manos alrededor de su pierna besando esta. El más bajo frunció el ceño apretando su pie contra el pene de Gabe, quién ante aquél acto más que adolorido parecía disfrutarlo.

Levantó la mirada, tenía las mejillas sonrojadas y la respiración entrecortada, Beelz frotó la fusta contra su piel lentamente hacia su pecho, dejó un latigazo sobre el pezón del alfa quien volvió a emitir un bajo quejido, parecido a un gemido placentero. La fusta recorría la piel de su cuello, deteniéndose bajo el mentón haciendo a este levantar la cabeza, el otro alfa volvió a pegarle esta vez en la mejilla, los ojos de Gabriel se cristalizaron ante el dolor.

— Te lo preguntaré una vez más, ¿con quién vas a casarte, Gabriel Archangel? —el tono de su voz era frío y dominante.

— Yo me casaré —las feromonas de Beelz se hicieron más fuertes, haciendo al otro jadear—. Me casaré con ... Beelzebub.

— Bien, ¿y juras que seré la única persona con quien vas a acostarte? —presionó otra vez su pie contra el miembro de Gabe, este asintió repetidas veces.

— Si, la única persona... Beelzebub, no quería molestarte, sólo estaba haciendo un comentario...

Beelz se inclinó hacia él, apoyó una de sus rodillas entre sus piernas agarrando el mentón de Gabe con su mano. Besó sus labios en tanto las manos del otro rodeaban su cuerpo, con una mano agarró el cabello de Gabriel echando su cabeza hacia atrás.

— Dime Gabriel, ¿tú me amas?

— Te amo, no creo que pueda ser de alguien más que no seas tú —sabía que si decía cualquier otra cosa, Beelz iba a matarle, no necesariamente de forma literal.

— Confío en tí, Gabriel, y te amo —lamió su cuello, agarrando el cabello de su nuca—. Por eso, debes ser sólo mío.

Los dientes de Beelzebub se clavaron en la nuca de su amante, dejando una marca que por mucho que pasaran los días no iba a desaparecer. La respiración de Gabriel se volvió entrecortada sintiendo una corriente eléctrica por todo su cuerpo, se aferró al cuerpo de Beelz quien sonrió lamiendo las gotas de sangre que se deslizaban por su cuello. Se apartó sosteniendo el rostro de Gabe y finalmente besando sus labios.

— ¿Quieres que te ayude con tu erección? —se apartó un poco, agarrando su miembro.

— Por favor, Beelzebub, ayúdame.

El otro sonrió, empujándole hacia la cama, donde terminó de desnudarse apresurándose a hacerle suyo una vez más. Y aunque la relación entre ellos parecía extraña, como si en cualquier momento fuesen a terminar, probablemente era una de las relaciones que más años duraría. Beelzebub no dejaría ir a Gabriel, y este a su vez no dejaría que Beelz se fuese de su lado.

🦔
Melopancitos hoy les traigo también escenas de los Ineffables Bureaucracy. Espero les guste >:3

Omega y AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora