Descubrir

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Gabriel se tomó un tiempo y compró algunas cosas para la boda de su hermano, organizó el sitio donde harían la ceremonia y se encargó de invitar a las casas amigas. El príncipe Beelzebub asistió también, dando a todos que decir, fue un honor para los Holloway's tenerlo presente.

La boda fue una de las más grandes ese año, a pesar de que Aziraphale le insistió a su hermano que no era necesario, este le dijo que nadie nunca olvidaría la explendida boda de ambos. Además de que le aclaró que el dinero venía de parte de alguien más, su parejita, como decía el abuelo Metatron, Beelzebub, como le había aclarado Gabriel a su hermano. La ceremonia fue explendida, los trajes de los novios eran hermosos, el pastel fue delicioso y todos los invitados hablaron por una semana entera de lo maravilloso que había sido asistir.

Durante la boda hicieron la tradicional marca al omega, donde este exponía su nuca y dejaba que el alfa le mordiera, proclamando al omega como suyo en frente de todos. Y aunque era una cosa privada e íntima para muchos, a la joven pareja le pareció bien así que los invitados respetaron la decisión.

Para la luna de miel se fueron de viaje a Francia por un mes, donde al ambos estar a solas las feromonas de Crowley hicieron de las suyas y pronto Aziraphale tuvo un ciclo de celo. Con varios días a solas descubrieron muchas cosas respecto a la intimidad entre un alfa y un omega, explorando poco a poco sus límites y gustos.

Pasaron unos meses desde la boda de Crowley y Aziraphale, quienes ahora disfrutaban tranquilamente de su vida de casados. La casa Holloway fue invitada a asistir a una actividad entre casas, quienes desearan podrían participar en las actividades, entre ellas tenían esgrima, equitación, ajedrez, polo y carreras de caballo (que a diferencia de la equitación que consistía más en hacer trucos a caballo, era un poco más salvaje).

Tras llegar al sitio e ir cada uno a su lugar, Crowley vio la emoción en Aziraphale tras escuchar que aún habían vacantes para la actividad de equitación. El alfa miró alrededor notando que algunos betas habían entrado a esta actividad representando sus casas, entonces decidió preguntarle a su esposo si quería participar.

— Aziraphale.

— ¿Si querido? —sonrió, jugando con los bordes de su chaqueta.

— ¿Te gustaría participar en la actividad de equitación como representante de nuestra casa? —sonrió—. Se que te gusta.

— ¿En verdad puedo hacerlo? Digo, no veo a muchos omegas por aquí, ¿está bien que represente a la casa?

— Sería todo un orgullo y honor para mí y nuestra familia que mi esposo nos represente —besó sus labios suavemente haciendo al omega sonrojarse.

Tras inscribirlo en la actividad lo dejó con unos sirvientes para que se alistara, escogiendo Crowley el caballo en el que correría su esposo. No dejaría que nadie fastidiara la felicidad de su omega, una vez Aziraphale se cambió de ropa y tomó el caballo un sirviente le mostró la pista de calentamiento para los competidores de equitación. Crowley fue con su madre viendo que faltaba Dagon, quien estaría representando la casa en el partido de esgrima que se efectuaría luego de la equitación, la mujer miró alrededor sin ver al omega.

— Hijo, ¿donde está Aziraphale?

— Lo inscribí en la competición de equitación, iré a apoyarlo cuando comience —sonrió, contagiando de alegría a su mamá.

Por su lado pasó Lucier y los de su casa, le miraron de arriba a abajo, la madre de Crowley rodó los ojos, había cierta enemistad entre ambas casas. No sólo por el hecho de que Crowley reclamó al omega que iban a darle a Lucier, o porque no fueron invitados a la boda, sino también porque hacían muchos años ambas casas habían tenido sus diferencias.

Omega y AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora