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La madre de Crowley había escogido a una partera de confianza para el nacimiento de su nieto, la señorita Maggie era sin dudas alguien amable, con muchas recomendaciones ese año. Le dieron una habitación para esperar el día del parto y Aziraphale comenzó a decirle cada día cuales eran los dolores que sentía para así ella poder saber cuales eran normales y cuáles señal de parto.
Aziraphale se encontraba en la habitación escribiendo en su diario, desde que estaba en estado había comenzado a escribir todos sus síntomas sobre como evolucionaba cada día. Ese día no era diferente, escribía sobre lo emocionado que se encontraba ya que el día del parto estaba cerca, pegaba unos recortes en su diario cuando el bebé comenzó a moverse.
Sintió unos dolores fuertes, sus piernas temblaron y un doloroso quejido salió de lo profundo de su garganta. Aziraphale se apartó de la mesa llamando a Crowley, este ante la insistencia en su voz corrió hacia su esposo viendo lo asustado que estaba.
— ¿Qué sucede cariño, te encuentras mal? —Crowley se acercó, ayudándole a ponerse de pie.
— Creo que es el bebé...
Se retorció del dolor apretando el hombro de su esposo, quien le ayudaba a salir de aquella habitación, por el camino se topó con unos sirvientes pidiéndole a estos que llamarán a la partera. Justo en el momento en que entraban a la habitación, Azira rompió fuentes sintiendo como se deslizaba aquél líquido por sus piernas. Levantó la mirada asustado, pero Crowley se encargó de mantener la calma, aún cuando estaba súper asustado, pidiéndole que respirara suave.
Maggie, la partera, estuvo allí en unos minutos, por suerte se había estado quedando en la casa esos días. Aziraphale estaba tumbado en la cama mientras su esposo le sostenía la mano. Maggie, con la ayuda de Dagon, se encargó de todo el parto, que si bien fue un poco difícil halagaron la paciencia y buen comportamiento de los padres.
Aziraphale jadeaba entre quejidos, sollozando del dolor mientras Crowley secaba el sudor de su frente con una mano, sintiendo que la otra mano quedaría amputada por los apretones que su omega le daba. Fuera de la habitación esperaban las tías y madre de Crowley, ansiosas por el nacimiento del bebé.
Tras casi una hora en labor de parto, finalmente el llanto del recién nacido inundó la habitación, Aziraphale dejó caer su cabeza hacia atrás con la respiración entrecortada. Dagon terminó de limpiar a Aziraphale y Maggie limpió al bebé dejándolo con el omega para que lo cargara.
— Enhorabuena, es un lindo varón, felicidades señores Holloway's.
Azi miró a su bebé sintiendo un alivio enorme, le arrulló entre sus brazos besando la frente del mismo, procedió entonces a darle el pecho.
— Bienvenido Cristopher, eres tan pequeño y suave —susurró Azi, viendo cómo el bebé se removía entre sus brazos—. Oh Crowley, es tan pequeño.
— No sabes la alegría que siento de al fin conocer a nuestra creación —besó la frente de su esposo, abrazándole con suavidad.
Tras unas horas Maggie se llevó el bebé para pesarlo y medirlo, Aziraphale aprovechó entonces para bañarse ayudado por Crowley. Volvieron a la habitación matrimonial para que el omega descansara, y un rato después le devolvieron el bebé ya limpio y vestido. Ambos miraban orgullosos al pequeño Cristopher que dormía entre los brazos del omega, desprendía un suave olor a malvaviscos a penas imperceptible.
— Tiene el cabello tan rubio como tú. ¿Cuando crees que abrirá los ojos?
— Maggie dijo que en unos días, esto se siente ta irreal —miró a su esposo—. Ahora estoy cansado y quiero dormir, pero más tarde dile a tu madre y tías que vengan, también a las chicas.
— Si cariño, descansa, yo cuidaré el sueño de ambos.
Crowley tomó al bebé colocándolo en el cunero junto a la cama, Azi se acomodó entre las sábanas cayendo rendido en pocos minutos. El alfa observaba a sus dos preciosos amores dormir, feliz de ver como crecía su familia.
Ya más entrada la noche Aziraphale había descansado y se encontraba un poco recuperado, su suegra le llevó un caldo de pollo y verduras quedándose con él hasta que lo comió. Miraba al bebé todo chiquito y precioso con sus pelitos rubios a penas visibles, le tomó entre sus brazos viendo lo lindo que era. Las tías y primas de Crowley entraron a la habitación, emocionadas comenzaron planear cosas como qué día ir a inscribirlo en el registro, o cuando deberían comenzar las visitas al bebé, también pidieron opinión a los padres sobre el bautizo.
Aziraphale había decidido bautizar al recién nacido a los tres meses, les pidió que informaran a su hermano Gabriel y a su cuñado Beelzebub sobre el nacimiento del pequeño Cristopher, también a los que asistieron a la boda, para que así el que deseara ver al bebé fuese a la casa Holloway. Durante estas visitas estarían escogiendo a los candidatos para futuros padrinos y madrinas de la fiesta de bautizo.
Ambos padres miraban al bebé atentamente, les preocupaba todo y se sentían paranoicos cuando estornudaba muy fuerte, aveces cuando le daba hipo también se asustaban. Las madres de la casa le explicaron que comportamientos eran normales y cuales no, para que ya no estuviesen tan asustados. El bebé gozaba de buena salud, tenía fuertes brazos y a la semana abrió los ojos, unos muy lindos parecidos a los de su padre Crowley.
Cristopher comía bien, tenía buen ánimo y dormía en horas, sus padres estaban haciendo un buen trabajo aunque aveces Aziraphale pensaba que lo hacía mal. Tenía miedo de hacer algo fuera de lugar y lastimarlo, pero su alfa le apoyaba todo el tiempo así que poco a poco superó aquél miedo. Ahora estaba pendiente a cuidar del pequeño y su propia salud, ya que el parto lo había dejado algo débil.
Los primeros en visitarlos fueron Gabriel y Beelz, como siempre ellos eran los primeros en ir. Gabe cargó con sumo cuidado al bebé mirándolo, le parecía la cosita más hermosa del mundo, decía que le recordaba mucho a Aziraphale cuando era un bebé. Beelzebub lo tomó por pocos minutos ya que tenía miedo a que se le cayera, además el bebé le fruncía el ceño y hacía pucheritos con su boquita, en cambio su pareja si lo cargo un rato más, su sobrino le parecía muy tierno.
— No te quita la mirada de encima Gabriel, debes gustarle mucho —comentó Aziraphale, organizando unos pañales.
— Pequeño Cristopher, no me vayas a quitar a mi novio eh, mira que me costó mucho trabajo tenerlo —le advirtió Beelz a modo de broma, haciendo a los presentes reír.
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Omega y Alfa
FanfictionDonde Aziraphale es un omega y Crowley un alfa, quienes tras conocerse se enamoran y comienzan su aventura. 📌Ambientado en la época georgiana. (No es fiel a los acontecimientos históricos) 📌AU Humanos. 📌Omegaverse. 📌 Crowley top x Aziraphale bot...