Cambiaré el destino

Pesadillas Reales

Sakura despertó con el cuerpo rígido, sudando, con el corazón acelerado y con una profunda sensación de asfixia qué iba desde su pecho hasta su garganta. Tenía los ojos abiertos, mirando con desesperación hacia la oscuridad de su habitación.

En cuanto asimiló su realidad, sus ojos se humedecieron y se cubrió rápidamente la boca con ambas manos antes de que el sollozo salido desde lo profundo de su pecho se escuchara.

Su mente, le había presentado en el sueño, el recuerdo que ella tanto había estado reprimiendo en su mente.

Lo peor era que no podía llamarlo solo una pesadilla.

Ella de verdad le falló.

"Sakura estaba arrodillada en algún campo de batalla en la guerra. Lo supo por los destrozos de la tierra y el polvo aún levantado por ataques recientes. Aunque lo único que podía oír era la brisa del viento. Estaba sola. Hasta que se dio cuenta que tenía un corazón en sus manos. En sus dedos sentía la humedad de la sangre y como aún latía, pero para su horror, los latidos estaban cayendo lentamente hasta detenerse".

Su corazón si se detuvo.

"Que clase de médico tan inútil tenía que ser como para no poder salvar a mi mejor amigo". Pensaba sakura, lo pensaba todo el tiempo. Aunque ya hubieran pasado casi 3 años desde que regreso al pasado, la culpa aún se asomaba en noches cualquiera para atormentarla.

"Sintió en sus propias manos cuando el corazón de Naruto dejó de latir"

El siempre la pudo salvar, todas esas veces.

Irónicamente, también la salvo esa vez que Sasuke la quiso apuñalar con su propio kunai con veneno.

Ella no fue capaz de devolverle el favor.

Ella dejó morir a quién más amaba.

"Alzo la mirada con temor y vio los ojos de Naruto aún abiertos. Ojos vacíos, la vida ya se había esfumado de ellos"

"Ella quiso tomarlo entre sus brazos, pero desapareció antes de que lo pudiera tocar. Ahora si estaba completamente sola en ese oscuro campo de guerra "

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Le tomó treinta minutos calmarse. Dejar de llorar y apaciguar su respiración. El dolor en su pecho se sentía tan real qué casi se preocupó. Casi. Era como si le clavaran senbon al corazón.

Todavía era de noche, la luna llena estaba en lo alto del cielo, iluminando tenuemente las calles y entrando por la ventana de la habitación.

Sakura notó su cabello humedecido por las lágrimas y sus ojos secos después de haber llorado. Se levantó lentamente de su cama, sus manos aún temblaban un poco.

Se lavó la cara en el baño de su habitación. Mientras observaba su reflejo, decidió que lo peor que podría hacer era volver a dormir.

Se cambió de ropa, tomo su bolsa de kunai y salto por la ventana de su habitación sin hacer ruido.

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No iba a ningún lugar en especifico, Sakura no quería pensar en nada, sentía como si sus pensamientos la fueran a volver loca si los dejaba fluir libremente.

Pero unos minutos más tarde, se dio cuenta que tenía que comprobar que él estuviera bien. Tenía que asegurarse de que estaba ahí. Vivo.

Sakura detuvo sus pasos y empezó a correr hacia la casa de Naruto, con ese sentimiento angustiante dentro de ella aún fresco por la pesadilla.

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Sakura subió sigilosamente por los techos,  hasta la ventana de Naruto, cuyas ventanas estaban cerradas pero las cortinas no.