OO3

621 78 4
                                        

Entonces vio esos ojos negros, y luego dirigió su mirada hacia la sonrisa retorcida que se formaba en sus labios y no pudo evitar que las lágrimas resbalaran por sus mejillas; estaba hecho un desastre y todo era su absoluta culpa.

—Sunoo. — Escuchar su nombre ser pronunciado por él le estaba produciendo un miedo terrible, rayando al asco. 

—Sunoo. Negó varias veces, ni siquiera quería devolverle la mirada.

—¡Despierta! 

Un leve golpe en su hombro hizo que su pesadilla se esfumara como las fumarolas que escapaban de sus labios con el vapeador. Abrió los ojos y se espantó al hallarse completamente desorientado. ¿En dónde estaba? 

Ver nuevamente el rostro algo enojado de Sunghoon le trajo a la realidad. Estaba en un viaje de negocios hacia Italia, con él. 

—¿Ya llegamos? —Su voz salió algo ronca, adormilada. Se tallaba los ojos con parsimonia, todavía quedaban rastros de sueño en su organismo. 

—Desde hace diez minutos, pero no te despertabas. ¿Te voy a estar cuidando todo el jodido viaje? —El peliblanco le cuestionó, alzando una ceja ante su inconformidad. —No soy un niñero, eso es...

—No tenías porque haberlo hecho entonces. Digo, tu asiento estaba en la orilla, no te molesté para nada. —El bajito se levantó con un enojo doble; ahora no sólo estaba de malas porque le habían despertado, sino que tenía que escuchar también reclamos estúpidos. —Pudo haber venido mi mánager y listo, Park. 

Touché.

Sunghoon se sintió peor. Su rostro lleno de molestia ahora era una mueca de arrepentimiento, pero el orgullo pudo más y no hubo ninguna palabra de disculpa, ni alguna otra porque se había adelantado para bajar primero, lo cual fue ilógico porque en cuestión de minutos nuevamente estaban juntos. 

Los flashes de las cámaras se hicieron presentes una vez más. Sunoo se puso la mascarilla para tratar de ocultar su rostro hinchado y de paso su mal humor. Fingió sonreír y saludó de forma cortés a quienes le estaban recibiendo, que en su mayoría eran fans de su grupo con carteles bastante lindos; la noticia se había esparcido como pólvora.

Su teléfono vibraba en la parte derecha del pantalón, seguramente mensajes de sus hyung y alguno que otro de su familia. Le echó una mirada a Sunghoon, quien estaba siendo detenido por algunas chicas que le pedían un autógrafo. 

En vez de seguir, y a sabiendas de que estaba siendo grabado, se acercó a él dando algunos saltitos; le tendrían que pagar más por este teatro. Se ancló a su brazo y saludó a las muchachas, quienes estaban bastante sorprendidas por aquella actitud del enemigo declarado silenciosamente de Sunghoon.

—Se nos va a hacer tarde, hyung. —Endulzó su voz y apretó el agarre con sus dedos de forma sutil. —El mánager nos ha dicho que nos apuremos.

Lo siento, señoritas, mi deber me llama. —Les explicó con una sonrisa y en un inglés bastante avanzado. Entregó los papeles a sus fans y se despidió de forma cortés. Las chicas lanzaron un gritito de felicidad por aquel encuentro. 

Sin embargo, al girarse y seguir, Sunghoon nuevamente se puso serio, más no quitó al menor del agarre. Se sentía bien, correcto, y además tenía frío, sí; Sunoo estaba calentito, no iba a desperdiciar aquella fuente de calor. 

Los flashes cesaron una vez se metieron a la minivan negra y arrancaron hacia el hotel.

El silencio se estaba prolongando por bastante tiempo y Sunoo se estaba sintiendo incómodo. Ya habían discutido y no llevaban ni cinco minutos en tierras europeas; tuvo que hacer acopio de todas sus fuerzas para dejar su orgullo de lado.

—¿Harás algo cuando lleguemos al hotel? Tenemos tiempo ya que mañana es el comienzo de la gala, y pensaba que podríamos grabar algo... juntos. —Puaj, aquella palabra le producía un asco terrible. Solamente volteó a verlo por unos segundos y se sorprendió de que el otro le mirara tan atentamente. —Sólo digo, para adelantar el trabajo.

Pareciera que a Sunghoon le habían comido la lengua los ratones, puesto que no pronunciaba absolutamente nada, solamente le miraba como si fuera... algo interesante. 

Entonces soltó una risita y Sunoo sintió que el rostro se le estaba calentando de la pura vergüenza.

—Dije algo tonto, ¿Verdad? No me hagas caso, sólo bromeaba. —Él también quiso reírse como Sunghoon, pero le salió peor y ahora sólo aumentaba más su acto ridículo.

—No, no, no es eso. —El peliblanco se calmó, apoyó su cabeza sobre la palma de su mano que se recargaba en el espacio pequeño de la ventana, seguía mirándolo y haciéndolo sentir pequeñito. —Es gracioso que cambies de humor tan rápido, ¿Seguro que no te diagnosticaron con algún tipo de bipolaridad?

—Ya vas a empezar... —Sunoo inspiró hondo y trató de no darle la razón. —No, Park, no tengo ningún "tipo" de bipolaridad, estoy perfectamente cuerdo, y podría decir que hasta más que tú. ¿Aceptas o no?

—Acepto, ¿Pero a dónde iremos? 

Entonces a Sunoo se le olvidó su odio y repentinamente puso su mejor cara, una sonrisa que nadie le podría arrebatar tan fácilmente cuando en su teléfono le mostró unas diapositivas; ¡Había hecho una jodida presentación!

Sunghoon tuvo que reprimir las ganas de estrujarle las mejillas y decirle lo tierno que se veía, tuvo que reprimir muchas cosas en esos momentos.

—Hay varios lugares bastante lindos aquí. Consulte una página, mejor dicho, varias; vi vídeos, tiktoks y mi hermana tenía algunos libros, así que le pedí que le tomara fotos y bueno... Salió todo esto. —Comenzó a pasar las diapositivas, sin notar que se había acercado más a Sunghoon. 

—Este se ve interesante. —El mayor regresó una de las diapositivas.

—¿La Gallería? ¡A mí también me interesó! —Coincidió Sunoo, con una gran sonrisa que se borró en cuanto volteó y tuvo bastante cerca al contrario. 

Había bajado la guardia demasiado, se había mostrado tal cuál era frente al enemigo y conociendo a Sunghoon, sabía de paso que aquello podía utilizarlo en un futuro. Todo rastro de entusiasmo se intentó borrar, al igual que poner cierta distancia entre ambos. 

A Sunghoon aquello lo decepcionó, más no protestó porque sabía que no tenía derecho a decir nada. La actitud de Sunoo era por algo que él mismo había empujado a que se creara. 

—Entonces vamos ahí, aún es temprano. Y Sunoo —se quedó unos segundos planteando bien qué decirle al menor, por su mente pasaron miles de cosas—, espero que tengas mucha batería, porque te daré demasiado contenido.


❛ runaway : sunsun ,Donde viven las historias. Descúbrelo ahora