O1O

629 58 29
                                        

Se sentía algo sudoroso, pero aún no llegaba a su límite que era cuando las piernas le temblaban, la cabeza le dolía un poco pero aun así su estado de ánimo mejoraba un doscientos por ciento.

—¡Dame un descanso, hyung! —Jungwon paró la música, tumbándose en el suelo mientras trataba de regular su respiración, con su pecho subiendo y bajando de manera frenética.

Sunoo de igual forma se recostó sobre el suelo de la sala de ensayos. Se echó el cabello hacia atrás para que el aire del lugar lo refrescara un poco.

Hace tres días había llegado de Italia a Seúl, pero para su buena -o mala- suerte, Sunghoon no viajó con él, lo había hecho justo al día siguiente del incidente porque su madre estaba enferma, o al menos eso le había comentado su mánager luego de preguntar sutilmente por el peliblanco.

Dese día no lo había vuelto a ver. Ni un mensaje, llamada o alguna señal de humo para saber si seguía con vida; y aunque no lo quería aceptar, para ese punto el nombre del mayor se presentaba en sus pensamientos al menos una docena de veces.

Se había estado escribiendo con Jinhyeong, pero debido a que ambos trabajaban en el mismo campo, sus horarios no cuadraban para poder verse. Se escaparía en alguno de esos pequeños ratos libres que tenía para ir a su empresa.

—Hyung. —Jungwon se había acercado hasta quedar junto a él, esa posición en la que estaba sentado significaba que había chisme... o quería chisme.

—¿Qué quieres saber? —Le cuestionó, alzando una ceja. A pesar de lucir algo serio, Jungwon sabía que estaba en la mejor disposición; jamás se enojaría con su mejor amigo.

—¿Sucedió algo más luego de la fiesta de cierre? No te he podido preguntar porque hemos estado cargados de trabajo, pero ahora estamos solos... ¡Y sabes que soy chismoso por naturaleza!

A Sunoo se le colorearon las mejillas de rojo cuando recordó todo lo que había pasado en aquel lugar, y con cierta timidez comenzó a contarle detalle por detalle a un cada vez más sorprendido Yang Jungwon, quien se tapaba la boca con ambas manos y luego soltaba chillidos que hacían reír al mayor de los dos.

—No creo que esté mintiéndote, quizá sí se redimió y ahora quien ser "amigos" ... Pero ya sabes, esas relaciones en donde a veces llegan a ser más que "amigos". —Hizo comillas, enfatizando aquella palabra.

—No lo sé, me tomó por bastante sorpresa todo lo que sucedió. Una parte de mí tiene miedo, ¿Sabes? A pesar de que he ido con psicólogo y estuve por un tiempo medicándome gracias al psiquiatra, las heridas siguen ahí, a veces más abiertas que otros días. He aprendido a tolerar su presencia, ya no me dejo como en esos tiempos, pero... ya sabes.

Jungwon se acostó nuevamente junto a Sunoo y lo rodeó con sus brazos. Lo abrazó y estrujó contra sí sin tener que decir alguna palabra, simplemente dándole el apoyo de un amigo al otro.

A Kim se le hizo un nudo en la garganta. Jamás pensó que habría personas además de sus padres que podrían comprender que sus preferencias no siempre iban a ser iguales al resto. Tenía una pequeña red de apoyo de seis personitas con las que podía contar para este tipo de situaciones, cuando necesitaba la opinión de alguien fuera de su propia perspectiva.

Cuando abrió los ojos y enfocó su mirada en la entrada del lugar, casi golpea a Jungwon del susto que le metió ver a Sunghoon ahí parado, con esa piel pálida como un fantasma. Su mejor amigo también volteó a donde había surgido el pequeño respingo del cuerpo del pelinegro y aquello hizo que se separara un poco de él.

Sunghoon lucía tímido, sin acercarse de más y esperando a que Sunoo entendiera para que él fuera el que se acercara. Kim lo captó al momento, pero también dudó.

❛ runaway : sunsun ,Donde viven las historias. Descúbrelo ahora